Por: Daniel Felipe Barragan Vivas. 3.° semestre
Millonarios Fútbol Club se fundó el 18 de junio de 1946 en Bogotá, aunque sus inicios se remontan a 1937, cuando un grupo de estudiantes del Colegio Mayor de San Bartolomé formó un equipo llamado Club Deportivo Municipal. Años después, bajo la dirección de Alfonso Senior Quevedo, fundador del club y uno de los dirigentes más importantes del país, el equipo empezó a crecer y fortalecerse.
En ese momento decidieron cambiar el nombre a Club Deportivo Los Millonarios, debido a que comenzaron a traer jugadores costosos y de alto nivel, algo poco común en esa época. Uno de los momentos más importantes en la historia del club fue la contratación de grandes figuras del fútbol mundial como los argentinos Adolfo Pedernera, Alfredo Di Stéfano y Néstor Rossi, con quienes Millonarios formó un equipo legendario conocido como El Ballet Azul, que dominó el fútbol colombiano y sudamericano en los años 40 y 50, llegando a ser reconocido como el mejor equipo del mundo tras vencer al Real Madrid en el viejo Chamartín.
En 1982 la historia de Millonarios empezó a complicarse. El narcotraficante Gonzalo Rodríguez Gacha se convirtió en el máximo accionista del club, uno de los mayores caprichos de Gacha, y saneó algunas de las deudas del equipo, al tiempo que le inyectó grandes sumas para traer jugadores del nivel de la época del Ballet Azul, con salarios pocas veces vistos en el fútbol colombiano.
Una de sus reglas era que el plantel entrenara en su finca, mientras que los jugadores eran obligados a jugar partidos contra sus guardaespaldas y sicarios. Bajo el mando de El Mexicano, como era conocido Gacha por su afición a la cultura de este país, Millonarios alcanzó los títulos de 1987 y de 1988, campañas en las que rompió varios récords del fútbol colombiano.
En 1989 Rodríguez Gacha fue asesinado, dejando las acciones de Millonarios en manos de su esposa, que en 2001 tomó la controvertida decisión de eliminar toda la información que vinculaba a Gacha con el club, para distanciar la imagen de la institución de su legado. A lo largo de la década de los 90, cuando su esposa asumió el control de Millonarios, se hizo evidente que el dinero comenzaba a escasear. La época de lujos y grandes inversiones se desvanecía y el club ya no podía permitirse las contrataciones de jugadores de renombre como en el pasado.
Esta falta de recursos afectó la calidad del plantel, que llevó a la salida de varios referentes del equipo, quienes buscaron nuevas oportunidades en otros clubes. Su ausencia dejó un vacío grande en el equipo, y fue entonces cuando comenzó la verdadera crisis del equipo. Durante esa década, Millonarios no conquistó ningún título.
A medida que pasaba el tiempo, las deudas empezaron a acumularse, una carga cada vez más pesada. La falta de éxitos deportivos y la creciente presión financiera generaron un ambiente de inestabilidad.
Iniciaba la década de los 2000, Millonarios Fútbol Club estaba sumido en la peor crisis de su historia. Durante ese periodo, el equipo atravesó una etapa oscura durante la cual no obtuvo títulos y su rendimiento futbolístico era bajo. La situación se tornaba cada vez más complicada: la economía estaba por los suelos, afectando los salarios de los jugadores y la obtención de recursos básicos para el club, como la gasolina del autobús o los almuerzos, tanto que los jugadores en la sede, en ocasiones, comían arroz con huevo.
En este contexto, la Copa Merconorte obtenida en 2001 representó un desahogo para el club. Este triunfo, aunque no se comparaba con los logros históricos de Millonarios, significó un rayo de esperanza en medio de la tempestad. En 2002 llegó Juan Carlos López como tesorero de la junta directiva encabezada por Santiago Rendón. En 2004, Juan Carlos López asumió la presidencia del club. Ese periodo fue llamado la época del arroz con huevo, pues para el segundo semestre de 2004, Millonarios no tenía plata para nada. Apenas terminó el primer semestre de ese año, 11 jugadores más el director técnico, Norberto Peluffo, renunciaron por falta de pagos. La buseta estaba embargada, tampoco había dinero para la gasolina del vehículo. El director técnico que asumió durante ese semestre fue Óscar Cortés, y su nómina fue llamada el kínder de Cortés, porque tuvo que jugar con canteranos y uno que otro jugador experimentado.
Esa liga salió mal, y Millonarios no se fue a la División B porque había un par de equipos peores. Estos resultados hacían que las deudas de Millonarios siguieran incrementando, pues por los malos resultados, los patrocinadores iban y venían. La hinchada iba al estadio, pero no se sentía motivada para comprar productos relacionados con el club.
Cada vez tomaba más fuerza la desaparición del club. La gestión de Juan Carlos López no estaba cumpliendo con lo esperado, pues las deudas aumentaban de forma alarmante. Al momento de su llegada, la deuda era de cinco mil quinientos millones de pesos; sin embargo, en 2005, un año después, había ascendido a 12 mil millones de pesos. Al final de su gestión en 2010, la deuda había alcanzado los 40 mil millones de pesos. Además, hubo varios incumplimientos, como un año de aportes pendientes a la seguridad social y a los fondos de cesantías de la nómina, cuatro años de impuestos atrasados con la DIAN y retrasos en los pagos a los jugadores y empleados del club.
dejaría de existir. Sin embargo, apareció José Roberto Arango, un empresario antioqueño que llegaba precedido de la fama de haber salvado a varias empresas de la banca rota con un plan de acción para salvar al club, que consistía en crear una nueva sociedad llamada Azul y Blanco y dejar atrás la institución Club Deportivo Los Millonarios. Otra de las medidas adoptadas fue la emisión de acciones al público de la nueva sociedad, que significaba que los aficionados del club podían salvar a Millonarios comprando acciones. Varios patrocinadores como Pepsi y Cafam también participaron de la iniciativa. Fue en 2011 cuando el club logró salvarse gracias al apoyo de los hinchas que compraron acciones, marcando un antes y un después en su historia. Pasaron de ser Club Deportivo Los Millonarios a Azul y Blanco Millonarios Fútbol Club.
Sin embargo, no todo puede ser perfecto. Millonarios, al tratarse de una nueva sociedad, dejó atrás varias deudas que quedaron sin resolver, como los pagos de salarios a jugadores del antiguo Millonarios. Hay tres casos reconocidos cuyos protagonistas han demandado al club, que no reciben respuesta porque las deudas son con la antigua sociedad y no con la nueva. El primer caso es el de Bonner Mosquera, el jugador con más partidos en la historia con la camiseta azul, quien reclama sueldos pendientes que la institución intentó canjear por un lote que nadie quiere y que acarrea sus propias deudas y problemas legales. El segundo caso es el del fallecido Germán Gutiérrez de Piñeres, quien hasta su muerte reclamó que le quedaron debiendo unas semanas de trabajo necesarias para lograr su pensión.
Y el tercer caso, el más conocido, es el de la leyenda del fútbol colombiano, Willington Ortiz, que demandó a Millonarios por no habérsele pagado la seguridad social que necesitaba para jubilarse. César Ardila, jefe de comunicaciones de Millonarios, aseguró que había hablado con el exfutbolista y que le explicó que Millonarios ya no existe como tal, y que ahora se llama Azul y Blanco, y que, por tanto, las deudas de la sociedad anterior se borraban. Hoy en día, ese problema sigue sin resolverse, pero Millonarios le ofreció trabajo a Ortiz, que actualmente es parte del cuerpo técnico del equipo azul, mientras se resuelve el problema de la seguridad social para su pensión.
Hoy en día, Millonarios es el club colombiano con menos deudas de la liga profesional, con números en verde en sus finanzas y generando ganancias, y la época más oscura del club es solo un capítulo del pasado que esperan no repetir nunca más.