“Lo que sucedió en Albania, nunca se había registrado en la historia” marcado por “un invierno tan duro y doloroso de sufrimientos y pruebas”; el de Grecia fue un viaje de tristeza emprendido por el Sumo Pontífice, quien explicó a los periodistas la ruta que emprenderían, “y vamos también a un cementerio: el mar. Allí, mucha gente se ha ahogado. No lo digo para amargarlos.” También Bulgaria en el pasado por cuenta de su independencia derramó “tanta sangre” y Macedonia con “pequeños y grandes problemas, como el nombre y las cosas que todos sabemos”.
San Juan Pablo II fue el primer papa en visitar Malta, a cuyas islas llegó el apóstol Pablo y “estando ya a salvo” supo que la isla se llamaba Malta” (Hechos 28,1). En su visita a Albania en 1993 el sucesor de Pedro dijo que “todo el mundo conoce los tristes acontecimientos que ha tenido que afrontar, especialmente en los últimos veinticinco años. Años de auténtica pasión, cuyas consecuencias difícilmente podrá borrar el tiempo y que, en cualquier caso, Europa y el mundo entero no deben olvidar. Ésta, de hecho, parece ser la tendencia actual: pasar la página rápidamente, olvidando lo que era, mirar hacia adelante.”
Sarajevo (Bosnia y Herzegovina), donde es común que sean vecinas sinagogas, iglesias y mezquitas, visitada 18 años atrás por san Juan Pablo II, fue presentada en su visita en 2015 por el papa Francisco, como territorios que “tienen un significado especial para Europa y el mundo entero, las relaciones cordiales y fraternas entre musulmanes, judíos, cristianos y otras minorías religiosas, tienen una importancia que va más allá de sus fronteras”. Sus vecinos, los croatas, recibieron dos veces a san Juan Pablo II, en 1994 y 1998.
En Grecia en 2016 el papa argentino se encontró “con la catástrofe humanitaria más grande después de aquella de la Segunda Guerra Mundial. Vamos –y nos daremos cuenta– a encontrar a mucha gente que sufre, que no sabe a dónde ir, que ha tenido que huir.” En la isla de Lesbos el drama es asolador, los refugiados turcos tienen miedo, viven inhumanamente en frente de un futuro incierto. En Macedonia, el papa Francisco en el memorial de Madre Teresa, hizo alusión a la experiencia con los pobres; “había muchos pobres y se veía la dulzura de esas hermanas. Curaban a los pobres sin paternalismo, como si fueran sus hijos”.
San Juan Pablo II fue el primer papa que en 1982 visitó España, lo hizo en cinco oportunidades durante su pontificado. El papa Francisco en su visita a Marruecos el año pasado cuando le hicieron una entrevista y le mostraron un muro con dos barreras con láminas cortantes se conmovió y lloró, “porque no entra en mi cabeza y en mi corazón tanta crueldad. No entra en mi cabeza y en mi corazón ver ahogarse en el Mediterráneo y construir un muro en los puertos”. El muro lo construyó España.