Por Maria Paula Morales Tauta
Durante el primer mes de 2019 según el DANE, el desempleo se ubicó en 12,8%, con un incremento de 1,0 porcentuales a comparación del mismo mes de 2018 (11.8%). Mientras que en la tasa global de participación se ubicó un 63,5% y la tasa de ocupación fue de 53,3%, en el mismo mes del año pasado las tasas fueron de un 63,2% y un 55,8%.
Para el trimestre de noviembre de 2018 hasta enero de 2019 a nivel nacional, por lo menos 22.355 personas se encuentran ocupadas. Los sectores con mayor demanda laboral son: Comercio, hoteles y restaurantes; servicios comunales, sociales y personales; y agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca. Estas tres ramas tienen el 62,5% de la población ocupada.
El economista Carlos Gaviria afirma que entre economía y desempleo existe una relación inversamente proporcional. La economía estudia hasta donde el desempleo puede afectarla, partiendo de la teoría donde se estudian los niveles razonables del desempleo que sean manejables por el gobierno y corregir las fallas. Por otro lado está la práctica, ahí se ponen en función las políticas que han sido planteadas con el fin de lograr un crecimiento económico estable.
Según Tomás Valbuena, economista de la Universidad del Rosario “El desempleo afecta la economía. Cuando ésta crece, se aumenta el producto y hay más ingresos que generan un mayor consumo para un efecto de segunda vuelta, donde se incrementa el producto para mantener el constante crecimiento de producción es necesario tener mayor tasa de empleabilidad”.
La economía se ve afectada gravemente sí las personas están desempleadas, la demanda del producto baja y se ve afectada la oferta, lo que conlleva a un bajo nivel de producción, perjudicando el flujo de dinero en el país, el gobierno debe implementar medidas que puedan ayudar a mitigar el impacto del desempleo en la economía productiva del país.