Contexto
La Fundación Paz y Reconciliación (Pares) en su más reciente informe menciona que “en los 25 días que lleva la emergencia sanitaria, han sido asesinados 6 excombatientes en proceso de reincorporación (Chocó, Putumayo, Meta, Caquetá y Tolima) y seis (6) líderes sociales (Bolívar, Putumayo, Cauca): dos (2) líderes indígenas, una lideresa y tres (3) líderes sindicales”.
“Mientras el COVID-19 paraliza ciudades y economías, las acciones bélicas y la violencia contra la población civil por parte de los actores armados ilegales en Colombia continúa. Hasta el pasado 12 de marzo, cuando fue declarada la emergencia sanitaria, al día de hoy, se han presentado un total de 31 acciones bélicas y 35 hechos de violencia contra la población civil, 16 y 22 de los cuales han ocurrido pasados casi 15 días de la implementación de las medidas de cuarentena en todo el país. Estos se han concentrado principalmente en departamentos como Norte de Santander, Cauca y Putumayo y Meta”, recalca la fundación Pares.
Asesinato
El último asesinato, fue el día sábado 4 de abril, el líder campesino que perdió la vida, estaba afiliado a la Asociación Sindical de Trabajadores Campesinos y Campesinas de Piamonte, Cauca (Asintracampic-Fensuagro ) , los hechos ocurrieron en la vereda La Consolata, zona rural del municipio de Piamonte.
La Red Departamental de Derechos Humanos del Putumayo, informó que “(…) en medio de la incursión armada fueron asesinados Hamilton Gasca Ortega, y sus tres hijos menores de edad, uno de ellos alcanzó a ser auxiliado por su madre y conducido a una vereda cercana, pero finalmente allí murió”.
La organización humanitaria, también corroboró que María José Arroyo, esposa de Hamilton sobrevivió al ataque, y pese a que inicialmente se desconocía su paradero, los líderes sociales de la zona informaron que ella se encuentra viva y con un buen estado de salud. Las víctimas mortales, aparte del líder de de 31 años de edad, son los menores Robert y Kevin Gasca, se desconoce la identidad de la cuarta víctima de este atentado.
Aunque el país se encuentra en cuarentena, evidentemente el crimen no para, hay poblaciones vulnerables y llenas de temor en el país, que están a la espera de medidas de protección y garantías de sus derechos. Para no olvidar, hay que defender a quienes nos defienden.