Por: Karold Melisa Díaz y Juan Pablo Velásquez
El pasado 11 de febrero, después de un comunicado de prensa que sacó Profamilia, se generó controversia en la ciudad de Popayán y en el país, al justificar el procedimiento de aborto voluntario que le realizaron a una mujer en estado de embarazo que tenía 7 meses de gestación.
Juan Pablo Medina, ex pareja de la mujer y quien no estuvo de acuerdo con la decisión de la madre, se enteró por medio de este comunicado, pues desde el mes de diciembre no habían tenido contacto por causa de la ruptura de la relación. Él como estudiante de Derecho, lideró una serie de protestas y un proceso jurídico después de insistir reiteradamente que estaba en contra del aborto de su hijo.
Hay que recordar que en Colombia el aborto es legal desde el 2006 con la sentencia C-355 de la Corte Constitucional, donde se puede llevar a cabo bajo estas tres causales:
1) Cuando el feto venga con una malformación
2) Cuando el embarazo sea producto de una violación sexual
3) Cuando el embarazo represente un peligro para la salud y la vida de la madre.
Esta última fue la que utilizó la mujer para interrumpir su embarazo, ya que contaba con antecedentes de problemas psiquiátricos que daban prueba de que no estaba en capacidades de tener un hijo. Profamilia afirmó que esta causal fue verificada antes de realizar el proceso y que todas las interrupciones de embarazo que ellos realizan se encuentran bajo la ley de la Corte Constitucional, además aseguraron que el 92,6% de los abortos que ellos hacen, se realizan en los tres primeros meses de gestación, y que la ley no tiene determinado un tiempo límite para la interrupción del embarazo.
La gráfica, con cifras de 2018, muestra que muchas mujeres que deciden abortar están en un rango de edad entre 15 y 30 años, pero lo más preocupante de esta situación, es que las menores de edad tienen un índice demasiado alto, pues equivale al 16,4% del total del número de mujeres que abortan, esto puede ser debido a que las jóvenes están iniciando su vida sexual en un promedio de edad de 13 años y que, además, el 59,7% no utilizan métodos anticonceptivos, según una encuesta realizada por la Universidad del Externado en 2015.
Aunque el embarazo en la juventud es una problemática, existen espacios y lugares donde ofrecen orientación para las mujeres en estos temas. En Colombia hay entidades como Profamilia y Oriéntame que, además de ofrecer servicios de salud, están presentes en el acompañamiento psicológico de las mujeres. También están las iglesias tanto cristianas católicas como cristianas protestantes que, aunque no están a favor de la interrupción del embarazo, ofrecen ayuda y hablan con los jóvenes acerca de estos temas, para evitar el embarazo no deseado, pero sobre todo, promover las dimensiones de dignidad de hombres y mujeres.
El pasado 24 de octubre de 2019, la Conferencia Episcopal de Colombia envió un comunicado al Ministerio de Salud en el que rechazó la sentencia SU 096 de 2018 de la Corte Constitucional que reitera la reglamentación del aborto: “La Comisión Episcopal de Vida, en cabeza de su Presidente, Monseñor Juan Vicente Córdoba, manifiesta su rechazo al proyecto de Resolución mediante el cual el Ministerio de Salud y Protección Social pretende reglamentar el acceso al aborto en Colombia (mal llamado interrupción voluntaria del embarazo)”.
El comunicado también agrega que “el ministro (Juan Pablo Uribe Restrepo) parece obviar que en Colombia el aborto es un delito que no tiene cárcel en 3 casos excepcionales. Por lo tanto, es imposible legal y lógicamente pretender que una resolución del Ministerio de Salud le dé el carácter de derecho fundamental a un delito penal. Aún si la Corte Constitucional lo afirma de manera irregular”.
Teniendo en cuenta que los valores obtenidos de esta gráfica representan al 18,7% del total de las adolescentes a las que se les realizó la encuesta por parte de la Universidad del Externado, y que afirmaron que durante sus relaciones sexuales han utilizado algún método anticonceptivo, se puede evidenciar el uso frecuente de los tres métodos más comunes (inyección, pastillas y condón). Aunque exista desconocimiento sobre el tema de los métodos anticonceptivos en la juventud, muchas veces las EPS o IPS brindan charlas sobre sexualidad de forma gratuita.
En Colombia no hay una cifra exacta de los abortos que se realizan clandestinamente, pero algunas instituciones suponen que incluso el dato puede ser mayor que los realizados en las IPS. Esta es una problemática que grupos feministas como “Las Parceras” o “Campaña por el derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito en Colombia”, pelean y reclaman, dicen que los abortos clandestinos no son seguros y ponen en riesgo la vida de la mujer. Sin embargo ante las constantes discriminaciones, ataques y rechazo hacia las mujeres que abortan, la falta de recursos económicos y el código penal que juzga como delito el aborto fuera de las tres causales, muchos de los embarazos no deseados terminan en un aborto en lugares clandestinos.
La iglesia católica tiene una postura clara frente al aborto: “los Obispos de Colombia, representados en la Comisión Episcopal de Vida, hacemos propias las palabras del Santo Padre Francisco y nos oponemos
a la expedición de la mencionada circular. Igualmente, hacemos un llamado a todo el pueblo de Dios para que manifieste públicamente su rechazo a esta reglamentación y utilice todos los medios a su alcance para expresar su opinión ante el Gobierno y la sociedad en general”.
El Episcopado organiza campañas y retiros espirituales en pro de la vida y no al aborto, por ello, resuelve “organizar una especial campaña doctrinal, en retiros espirituales especializados, según las necesidades de cada lugar, en folletos, etc. en contra de este gravísimo crimen, haciendo ver su horror desde todo punto de vista, y su castigo según la legislación canónica”.
Por otro lado, Profamilia hace un llamado a “la opinión pública y a la sociedad en general para que se respete y garantice el ejercicio de los derechos fundamentales de las mujeres, sin que sean sometidas a la dilación y negación de la prestación de servicios oportunos, seguros y de calidad”
Aunque existe un acompañamiento a los menores de edad en su área sexual, es cierto que muchas veces es un tabú tanto para los jóvenes como para sus padres hablar sobre estos temas, además, hay una población muy pequeña que utiliza métodos anticonceptivos, y otra gran mayoría que ni siquiera tiene conocimiento, tal como dice Paola Acero, psicóloga graduada de la Universidad Javeriana y líder de la fundación Enrumba, los anticonceptivos sirven como una medida para no llegar al extremo de abortar.
El debate sigue abierto.