Generalmente los pontífices de Roma en las homilías en la ciudad de Asís, es cuando se ocupan más de nuestros “hermanos menores”, como los llama San Francisco de Asís (1182 – 1226).
El papa Francisco hace 9 años explicó una de las razones por las cuales escogió ese nombre, indicando que para él, el santo de Asis (Italia) que, según la tradición hablaba con los animales, es “el hombre que ama y custodia la creación.”
“Del amor a Cristo nace el amor hacia las personas y también hacia todas las criaturas de Dios”. (Benedicto XVI, audiencia general,27 de enero de 2010).
“El amor por toda la creación, por su armonía. El Santo de Asís da testimonio del respeto hacia todo lo que Dios ha creado y como Él lo ha creado” (Francisco, homilía Plaza de San Francisco, Asís, 4 de octubre de 2013).
De otro lado, la iglesia tampoco es indiferente de la suerte de los animales que padecen y mueren a causa de conflictos armados, destrucción de la naturaleza y acciones infames del hombre cuando los maltrata o los deja abandonados.
“La historia de la Iglesia, a finales del segundo milenio, escribe de nuevo la historia de Francisco. Francisco es necesario para que la Iglesia y el mundo escriban nuevos capítulos de su historia”, señaló Juan Pablo II el 10 de enero de 1993 en Asís, ante la tumba de San Francisco.
Dios siempre ha tenido a los animales en un sitial especial como parte de la Creación; en su Palabra abundan referencias de los seres que Dios creó antes que al hombre.
En el principio Dios determinó:
«Que la tierra produzca toda clase de seres vivientes: ganado, reptiles y animales salvajes de toda especie». Y así sucedió. Y Dios vio que esto era bueno”. (Génesis 1, 24).
El Creador le ordenó a la criatura:
“Durante seis días harás tus trabajos, pero el séptimo deberás descansar, a fin de que reposen tu buey y tu asno… “ (Éxodo 23:12).
En el diluvio universal, Dios no decidió exterminarlos y , ordenó a Noé:
“Irá contigo una pareja de cada especie de pájaros, de ganado y de reptiles, para que puedan sobrevivir” (Gn 6,20).
El rey Salomón, a quien se le atribuye el libro de los Proverbios, sentenció:
“El justo provee a las necesidades de su ganado, pero las entrañas de los malvados son crueles”. (Proverbios 12, 10).
El profeta Oseas:
“Yo estableceré para ellos, en aquel día una alianza con los animales del campo, con las aves del cielo y los reptiles de la tierra; extirparé del país el arco, la espada y la guerra, y haré que descansen seguros” (2:20).
Tres de los cuatro evangelistas son representados como un león (Marcos), un buey (Lucas ) y un águila ( Juan).
El Maestro en sus explicaciones los tomaba como ejemplo:
“Los zorros tienen sus cuevas y las aves del cielo sus nidos, pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza”. ( Lc 9, 57-62).
“Si escondes tu rostro, se espantan; si les quitas el aliento, expiran y vuelven al polvo. (Salmo 104,29).