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¿El fin de Semana o el nuevo Fox News a la colombiana?

Es el final de una etapa en Revista Semana, las plumas críticas y libres poco a poco pierden su lugar en los grandes medios de comunicación que sacrifican su labor periodística por los intereses económicos.

Por: Fabian Mauricio Arias

El 01 de abril, Daniel Coronell, uno de los columnistas más leídos del país, anunciaba por medio de su cuenta de Twitter que había sido despedido de la Revista Semana nuevamente. En el tweet publicado, Coronell decía “Después de 15 años de escribir en @RevistaSemana me envían este mensaje de whatsapp. Agradezco a p­­ublicaciones semana por haberme soportado por tanto tiempo, gratitud enorme a los lectores”.

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Este mensaje estaba acompañado con la siguiente foto:

Los lectores y seguidores de Twitter no lo podían creer, Daniel Coronell ha sido despedido de la Revista Semana (de nuevo). Los tweets y retweets de los seguidores del columnista no se hicieron esperar, muchos con mensajes de apoyo por el fin de esta etapa de su vida, otros contra la revista por la salida del periodista.

Entre estos tweets se destacaba el de otro periodista y, curiosamente, otro Daniel, Daniel Samper Ospina, también columnista de Revista Semana, él decía “He tomado la decisión de renunciar a mi columna en @RevistaSemana, la revista en que me formé como periodista y aprendí a ser libre y periodista, y cuyas últimas decisiones respeto, pero no comparto. Solo gratitud por ser mi casa durante tantos años, y gratitud infinita a los lectores”.

El golpe más duro para Semana, sin embargo, estaba por venir. El 05 de abril en Twitter inició el #UnaSemanaDeSilencio, y rápidamente, como suele ocurrir en los hilos que captan la atención de miles de personas, llegaron los guantazos para la revista, provenientes de todas direcciones: lectores, periodistas, políticos, entre otros, empezaron a bombardear por la falta que hacia ese domingo las columnas de opinión de Daniel Coronell y Daniel Samper.

Otros medios también tenían en su agenda la salida del periodista de Semana. Gloria Arias Nieto titulaba “Valientes” para su columna en El Espectador, en este espacio no solo aprovechó para resaltar las cualidades de Guillermo Cano y Enrique Santos Calderón, sino también se encargó de exaltar a “Los Danieles”, como los han denominado las redes, por la labor periodística de Coronell, así como por el humor crítico de Samper Ospina.

Por su parte, Ramiro Bejarano Guzmán, también para El Espectador, ponía en la sección de opinión “El portazo de ‘Semana’”. Critica fuertemente la salida del reconocido columnista de la revista, y no se queda ahí, Guzmán deja claro que la pluma de Daniel Coronell no será la última en caer.

Bejarano Guzmán también escribe lo que muchos pensaban cuando, meses atrás y luego de ser retirado de la Revista Semana, Daniel Coronell anunciaba que volvía a la columna que había tenido a cargo por tanto tiempo. Para muchos era claro que Coronell se encontraba en la cuerda floja y cualquier oportunidad sería válida para darle el empujón final que lo sacaría definitivamente de la revista.

En la columna titulada “Volver” Coronell deja totalmente claro que su decisión de retornar a Semana se dió porque estaba garantizado que podría seguir escribiendo con total independencia, incluyendo la manifestación de desacuerdo con la revista.

Además, aquí Coronell intentó dar respuesta a algunas preguntas que le hicieron sobre esta decisión tomada hace meses, entre ellas ¿Puede un columnista discrepar públicamente del medio para el que trabaja?  “Puede y debe”, responde Coronell, “Los medios de comunicación, aunque sean empresas privadas, tienen como objetivo informar temas de interés público. Por esa razón deben estar abiertos al escrutinio ciudadano y ofrecer explicaciones sobre lo que publican o dejan de publicar”.

“Las orejas del lobo”, fue el título dado por Coronell a una de las últimas columnas de opinión para la revista, donde el periodista dice textualmente “Fui despedido de Semana por el fundador Felipe López y esta columna cancelada por atreverme a discrepar públicamente de una decisión editorial de la revista”. Coronell no se queda ahí, también menciona que unas semanas más tarde María López y Alejandro Santos, presidenta de publicaciones Semana y director de la revista, pedían su regreso.

Aquí además Coronell dice “Es momento de manifestar nuevamente mi desacuerdo y atenerme a las consecuencias”. Tal vez sin saberlo o tal vez muy consciente de ello, con esta columna Coronell estaba afilando el hacha que sería usada para finalmente acabar con su tiempo en la revista. Sin embargo, fiel a sus ideales avanzó.

Sin ningún tipo de duda, el periodista contó lo que le molestaba. En las primeras líneas Coronell se refirió a la forma en la que Semana ha manejado su revista para pasar por encima de otros medios que han hablado de su difícil situación. Coronell no dio tregua a los cientos de despidos que se han dado en los últimos días por parte de la revista y expresó que su descontento no está en los despidos en sí, sino en la manera en la que han sucedido.

En palabras del propio Coronell “Desde luego, SEMANA tiene el derecho a despedir empleados, si lo hace dentro del acatamiento a la ley laboral, o de renegociar el precio que paga a sus colaboradores independientes, para buscar la viabilidad económica de su empresa en tiempos especialmente difíciles para los medios. Lo que no puede hacer es usar la información de sus páginas, impresas o digitales, para castigar a quienes se atrevan a contarlo”.

Coronell en su columna critica lo ocurrido con una publicación de W radio, que titulaba “Grupo Semana suspende hasta por 60 días ediciones impresas de cinco revistasdonde se encargaban de resaltar los más recientes despidos realizados por el grupo Semana, además de resaltar “Van 250 trabajadores – administrativos, comerciales y periodistas– despedidos en Publicaciones Semana”.

La respuesta del grupo Semana ante esto, y que valida las palabras de Coronell, fue poner una noticia económica titulada “Grupo Prisa cotiza mínimos históricos en bolsa” acompañado de una foto que muestra sedes del grupo Prisa, Caracol Radio y de Julio Sánchez Cristo.

Coronell se refiere a esto diciendo “Julio Sánchez no está involucrado en el manejo administrativo del Grupo Prisa, ni es responsable del comportamiento de la acción del conglomerado en un mercado estremecido como lo han estado todos por el Coronavirus. Simplemente, usaron su foto en una información, sin mayor interés público, para pasarle cuenta de cobro menos de dos horas después de la publicación radial”.

Posteriormente y refiriéndose a la noticia titulada “Declive histórico del clan Polanco: su participación en el Grupo Prisa Vale 4,2 millones de euros”, Coronell menciona “La prisa al parecer fue de los que armaron el titular, tanto que se les fue hasta con error de ortografía”. La columna sigue resaltando cómo Semana es incapaz de separar sus intereses propios del valor público de la información y su responsabilidad con ella y sus lectores.

La salida de Coronell de la revista Semana es evidencia de una crisis que vive este medio y que lleva años sacrificando el valor periodístico de sus publicaciones al no dudar en eliminar una a una las cabezas de todo periodista que decide ir en contra o siquiera opinar sobre los intereses de la compañía. No es un secreto para nadie que Semana está tomando otro rumbo con un intento de replicar las características de medios como Fox News. Daniel Coronell, en su columna para lo Danieles “La historia no contada”, señala claramente que Gabriel Gilinski tenía como objetivo hacer a Semana el Fox News colombiano.

“También soporté con paciencia monacal las esporádicas llamadas de Gabriel Gilinski donde se las arreglaba para recordarme que él es uribista y trumpista, como si debiera importarme. A él, que le dije desde el día que lo conocí que los intereses empresariales debían estar totalmente separados de la línea editorial, le gustaba repetirme que su proyecto era armar el ‘Fox News Colombiano’. Para quienes no lo sepan Fox News es una exitosa máquina de propaganda de la derecha estadounidense que no repara en límites para defender sus gustos e intereses” resaltó Coronell.

Semana, por supuesto, tiene derecho a dar el rumbo que prefiera, pero a su vez como medio masivo de comunicación tiene una obligación ética con los lectores de sus contenidos físicos y digitales, esto hace que casos como los que ocasionaron el descontento de Coronell, no deberían tener lugar.

La llegada de Gabriel Gilinski con mucho dinero en los bolsillos, modificó enormemente la mentalidad de Semana. Nohora Celedòn y Juanita León explican para La Silla Vacía este cambio: el primer punto mencionado es el interés del empresario por capitalizar los datos de los suscriptores de Publicaciones, para aprovecharlos también en sus otros negocios, aunque la poco eficiente dificultó este plan y el muro de pago de Gilinski.

Otro punto que menciona el artículo es que el plan de acción de Gilinski tomó un giro donde “escogió hacerlo alrededor de la periodista Vicky Dávila, que tenía millones de seguidores en redes sociales y había convertido su programa radial del mediodía en la W Radio en una fábrica de contenido viral para redes sociales”. Por ello se selló el trato entre el empresario y Felipe López, donde el dinero estaría en manos de Gilinski y la editorial en las de López.

Posteriormente, el artículo se refiere a los verdaderos intereses de Gilinski, que lógicamente no tiene ningún interés en revitalizar el trabajo periodístico de la Revista Semana, sino hacer funcionar su nuevo negocio. Esto acabo perjudicando tanto a Coronell como a otros periodistas que molestaban a una corriente política específica del gobierno.

Es más que claro que durante sus años de carrera periodística y cientos de investigaciones que han estado enfocadas en destapar la cara más sucia de la política colombiana, Coronell se ha ganado el desprecio de muchos, curiosamente una gran parte relacionada con el uribismo, sin embargo, hasta el momento ni las amenazas, ni el exilio, ni muchas otras dificultades han logrado que Coronell siga haciendo una labor periodística impecable.

Sin embargo, con la llegada del nuevo accionista mayoritario de Publicaciones Semana y una modificación en el algoritmo de la revista digital, se está siguiendo el curso que marca Gilinski, no importa si eso significa proteger al uribismo o cualquier otra corriente política, atacar a los periodistas que se atreven a hablar de los movimientos de su medio o simplemente despedir a aquellos que han dedicado su vida a investigar y contar la verdad del país.

| Nota del editor *

Si usted tiene algo para decir sobre esta publicación, escriba un correo a: radio@uniminuto.edu

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