Varias editoriales universitarias se dieron lugar para debatir el acceso al libro digital durante el primer Festival Virtual del Libro en Colombia, en general las editoriales comparten la importancia de impulsar el libro en su versión digital, así como apoyar la lectura de diversos tipos de textos.
Para las editoriales las dificultades se relacionan con los derechos de autor, pero a la vez los beneficios para los lectores se han reflejado luego de haber liberado textos y colecciones digitales, con ello ha aumentado la descarga de material de las distintas editoriales, demostrando que es posible darle continuidad a la cadena de producción y consumo del libro, aún en época de confinamiento.
Víctor Malumían de editorial Godot (Argentina), explicó que en el caso de su editorial los libros primero van a una versión digital y luego a físico, debido a los procesos que componen la cadena de producción, sin embargo afirmó, ‘no conozco ninguna editorial que venda únicamente libros digitales, que puedan sobrevivir solo con libros físicos, es por ello que el digital se apalanca en la producción de los primeros’, además Malumián agregó, que muchas veces es el libro digital es el que atrae al lector a la compra del libro físico, ‘así suene muy frío decirlo, sin embargo otras veces el libro digital se convierte en el único recurso para que las personas que no encuentran el recurso físico accedan a la información’.
Ante la pregunta sobre ¿qué pasará con el libro digital post COVID-19?, las posiciones fueron diversas, para Alfredo Morales de editorial la Salle, la tecnología jugará un papel importante en la nueva manera de sistematizar los temas y los títulos que agrupan los textos, de este modo la inteligencia artificial será fundamental.
Marco Giraldo de la editorial de la Universidad Jorge Tadeo Lozano afirmó que en una posterior normalización de la cotidianidad el lector que consume libros en físico, será más riguroso con la selección de títulos que adquiera, ya que las prioridades serán otras pero la necesidad y el gusto por la lectura tampoco desaparecerán.
Al cierre del debate la conclusión general es la necesidad de crear comunidades de lectores para mantener el libro como un bien cultural y de ese modo lograr complacer la demanda que aún hoy, sin importar el confinamiento, siguen demandando el consumo vivaz libros.