Por: Dayane Geraldine Muñoz Silva
En el 2009 falleció Juan Salgado, cabeza de hogar y único proveedor en la familia, él se encontraba en Venezuela por situaciones de trabajo, en este año estaba a flor de piel la guerra entre el presidente de Colombia Uribe Vélez y el presidente de Venezuela Hugo Chávez; dejando a su familia a la deriva para salir adelante.
Los medios de comunicación en el 2008 empiezan a difundir noticias, cuando “Chávez ordena la movilización de tropas a la frontera con Colombia y ordena el cierre de la embajada en Bogotá”, formando un complot entre países, dice que no quiere ver ningún colombiano en Venezuela.
Salgado tuvo que ir a Venezuela por su trabajo, a los pocos días que él salió de Colombia, el 15 de octubre de 2009, las autoridades del vecino país informan su muerte, Tatiana, una de sus hijas, dice que falleció por la violencia, causándole un infarto al corazón por el impacto que tuvo, a la vez sale el reporte de la revista Semana de este mismo año “investigan masacre de colombianos en Venezuela”. Este gran dilema quita oportunidades económicas a la familia y es entonces donde da un giro de 180 grados.
Carmen Silva se encuentra hospitalizada en Bogotá (clínica saludcoop), esposa de Juan Salgado y madre de tres hijos, ella no sabía la situación de su marido. En su familia la primera por enterarse de este suceso fue Tatiana, “se hacía aún más difícil de aceptar porque él falleció fuera del país. Hasta que el cuerpo no se ve como tal fallecido, hay una esperanza; comunicar este suceso fue difícil, tenía que informar esta noticia, a la vez demostrar fuerza ante ellos y mantener reflejada esa fortaleza”.
Antes que Salgado falleciera la familia tenía comodidades económicas apropiadas, una camioneta Toyota que la conducía Juan, un auto BMW de su esposa Carmen y un Mazda último modelo de su hija Tatiana, sus patrimonios eran confortantes no solo su transporte, también su vivienda, el estilo de vida que llevaban era alto hasta en los lugares que frecuentaban.
Después de dos semanas de su fallecimiento el cuerpo fue repatriado y se hizo su correspondiente sepultura “desde entonces nuestra vida empezó de nuevo, mi padre era el que económicamente soportaba la familia y no tenerlo a él primeramente como papá era un vacío inmenso y el tema económico cambio drásticamente”.
La familia Salgado empezó a vender propiedades para sustentarse y la mayor parte fue para pagar deudas, cuando ocurrió esta pérdida Tatiana le faltaban un año (dos semestres) para culminar su carrera en la Universidad La Sabana, vivían en Chía y sus pasantías en la firma de abogados estaba en el centro, al lado del Palacio de Justicia en Bogotá: “de lunes a viernes tenia que ir desde Chía, levantarme a las 5am, coger flota que me dejara en el Portal Norte y de ahí tomar un Transmilenio a la hora pico que me dejara en la Plaza de Bolívar, caminar de la estación hasta la oficina, repitiendo el mismo procedimiento en la noche, otra hora pico, fue cuando entendí el valor del sacrificio que tenía que hacer para sobrevivir”.
Se empezó a restructurar la nueva vida de apoco, en el 2012 Tatiana se graduó de Abogada “desde entonces se empezaron a abrir las puertas con un mejor ingreso que en el anterior trabajo donde realicé las pasantías, teniendo en cuenta que este era por fin de profesional” uno de sus mayores sueños era estudiar en el exterior y tenía presente que la situación económica no era la misma, “antes estaba mi papá, la persona más estable económicamente en la casa, y por eso iba a estudiar fuera del país, pero sin él ésta posibilidad quedaba totalmente nula”.
Carmen dice que fue un momento duro en sus vidas: “fue un impacto tan fuerte que no se podía creer la gravedad de una pérdida, no sabía cómo enfrentar la realidad o la reacción de mis hijos por la pérdida de su padre”, pero al ver cómo los hijos ayudaban en esta crisis fue gran motivación. Cuando Tati le da la noticia que quiere salir de Colombia para continuar con su carrera y realizar una maestría, su respuesta fue “Tatiana eso es muy difícil, como lo vas hacer”, Tatiana empieza a investigar los esquemas de diversas entidades, entre esas hubo una entidad que le llamo la atención, “realicé una lista recolectando las universidades en las que quería ir inicialmente, fue emocionante porque siempre quise ir a la mejor universidad del mundo, y empecé a escribir las que tenían la facultad de Derecho, también hice unos estudios adicionales de programas de Derecho y como estaban en los rankings mundiales y vi que uno de los mejores estaban en Australia, no dude en poner esta posibilidad en mi listado”.
Los planes cambian en el momento en que sabe que no solo va a estudiar, Carmen la apoya desde el primer instante mostrando sus ventajas y desventajas como toda mamá, reiterando que lastimosamente no podrá ayudarla económicamente, tenía que buscar también donde trabajar. Tati no se dio por vencida, aplicó en dos entidades del Estado para cumplir este propósito, salieron los resultados solamente en uno de ellos por lo que económicamente no le alcanzaba para viajar, es entonces donde sus sueños se le minimizaban y no por lo grandes o pequeños que fueran, es por las posibilidades económicas que disminuían, pero no fue impedimento para conformarse, “voy a ir a Australia a estudiar inglés, estando allá volveré aplicar a otro préstamo”, efectivamente realizó todo el procedimiento de papeleo y préstamo.
Al llegar a Australia no conocía a nadie “le debo mucho a las personas que en 4 meses no me pidieron nada, al contrario me dieron la mano porque sabían la situación en la que me encontraba, aunque no me conocieran por lo que ellos son familiares de un amigo lo cual estoy totalmente agradecida, me abrieron las puertas de su casa y su familia” en Australia los estudiantes tienen la posibilidad de trabajar y estudiar, pero el gobierno puede deportar al estudiante cuando solamente se le dio una visa para estudiar y se le encuentra laborando.
“El curso de inglés duró 6 meses, en este tiempo trabajé, ahorré y me preparé para volver a aplicar al préstamo, recuerdo que al contarle la idea a mi mamá me apoyó totalmente “si eso es lo que quieres hacer, y te está diciendo el corazón que lo hagas, hazlo”, estaba sola porque jamás en mi vida había hecho algo así, extrañaba a mi familia pero siempre fui muy fuerte mentalmente para no dejarme rendir, a las 2 semanas de estar en Australia, conseguí mi primer trabajo como mesera en un restaurante mexicano, luego en otro trabajo como cajera en un supermercado, era necesario que tuviera dos trabajos, de lo contrario no podía mantenerme, con el tiempo iba alternando mi vida entre los dos trabajos y el curso de inglés.
Al pasar el tiempo Tatiana volvió a aplicar y la respuesta fue satisfactoria esta vez, fue aceptada para estudiar una maestría en leyes en The University of Melbourne, “fue más duro por mi estilo de trabajo, tenía que pedir permiso cuando no alcanzaba y reponer esas horas, llegar a la casa a media noche, bañarme y sentarme a estudiar hasta las 4am, que me acostaba, me levantaba nuevamente a las 8am para salir a las 9, trabajaba todo el día, luego salía para la universidad, sin parar, ha sido lo más duro que hecho”.
El 31 de julio de 2017 Tatiana se gradúa del sueño más grande que visualizó desde el inicio de su carrera sin detenerse a pesar de las adversidades, no hubo un límite para que su meta no fuera creada y vivida. “mientras estaba en Australia conocí él que es hoy mi esposo (Cris Theocharides), me devolví a Colombia por 6 meses, Cris también estuvo en mi país natal por un mes, conoció a mi familia, luego nos casamos en Chipre, es una isla en el mar mediterráneo al sur de Turquía, al lado de oriente medio y actualmente es donde vivo”.
Estando en Australia y la forma como vivió Tatiana hizo que la manera de pensar, la forma de ser y de ver la vida cambiara, algo clave que es apreciar lo que se tiene tanto material pero aún más lo sentimental, de estar con la familia aprovechando cada momento con los padres, la oportunidad del valor de lo más mínimo, también luchar sin decaer por el propósito de los sueños que se desean, “el dinero está en todas partes, en las ideas y aportes, solo queda buscarlo de la manera más sincera posible”. Ahora es jefe en el sector donde trabaja.