Por: Daniel Felipe Otálvaro Ramírez
En una investigación de 28 páginas titulada Indictment, Estados Unidos concluye que Venezuela es un narcoestado y que el dictador Nicolás Maduro es el máximo jefe de una organización terrorista. De seguro estas afirmaciones no son nada nuevas, lo único es que el Departamento de Justicia norteamericano lo certifica, pero desde hace más de una década en Colombia sabíamos que las FARC-EP se resguardaban en el vecino país con el beneplácito de Hugo Chávez, recordemos la denuncia hecha por el expresidente Uribe en la ONU.
Ahora bien, lo que preocupa en realidad es que Maduro fue un garante de los Acuerdos de Paz y según el informe en el año 2014 se reunieron en Caracas los cabecillas del grupo guerrillero, alias Iván Márquez y Jesús Santrich, con el dirigente venezolano para concertar la entrega de armas, municiones y explosivos. Me pregunto; 1. ¿Cuál fue el rol de Nicolás Maduro en la firma de los acuerdos? 2. ¿El Gobierno de Colombia o el equipo negociador liderado por Humberto de la Calle no tenían conocimiento de los hechos o sí sabían, y preferían sostener los diálogos?
Pero eso no es todo y se agrava aún más; ciertamente el hoy partido político Farc no ha admitido sus prácticas o vínculos con el narcotráfico, este informe los deja al desnudo; el cual argumenta que ellos eran los que producían la coca con la que negociaban los generales venezolanos, he ahí el surgimiento del Cartel de los soles. Para la época y como parte de lo acordado se suspendieron las aspersiones con glifosato y se redujo la erradicación manual, un completo error, en Colombia pasamos de 50.000 hectáreas sembradas a más de 200.000, con departamentos en un estado crítico en materia de seguridad. Con el notable incremento y hora con el informe, insisto, ¿cuáles fueron las garantías ofrecidas por las Farc para que el Gobierno decidiera dejar a un lado las fumigaciones?
Por otra parte, han pasado los días y “Timochenko” no realiza ningún tipo de pronunciamiento, sería bueno que lo hiciera, porque Indictment contradice muchas de sus versiones frente a temas de coyuntura del proceso de paz y del postconflicto. Por ejemplo, Rodrigo Londoño jefe del partido de la rosa, sostiene que nunca recibieron dotación armamentista por parte del Gobierno de Venezuela y que además no se financiaban del narcotráfico. Las Farc siguen engañando a los colombianos, en noviembre cumpliremos tres años de los acuerdos y en la JEP no hay un archivo sobre las rutas del narcotráfico, sin duda, son el prototipo de lobo disfrazado de oveja, mientras en La Habana se vendían como los sucesores de Mandela, en Caracas negociaban como Escobar. Prefiero pensar que el Gobierno Santos desconocía y fue engañado, a que de pronto si tenía indicios de lo que venía pasando, pero prefirió hacerse el de los oídos sordos para sacar un proceso de paz con dudosa legitimidad moral.