Ante la presencia de los deportistas colombianos en la vuelta al país vasco, parece que les tocará competir entre ellos, pues están representando al país lo mejor de lo mejor en esa disciplina.
Hace apenas unos días, los apasionados del ciclismo celebramos el triunfo del boyacense Nahiro Quintana en la Vuelta a España. En el momento que subió al podio nos llenamos de alegría, aún las personas que no son seguidoras del deporte de las bielas.
Son varios los triunfos de los escarabajos en el escenario mundial, ahora los velocistas buscan estar en el primer lugar de las principales pruebas profesionales y de los Juegos Olímpicos.
Parece que esto no es suficiente para que los conductores de cualquier tipo de vehículo entiendan que son un arma potencial frente a la fragilidad de una bicicleta y a la exposición física que tiene el ciclista. Metro y medio de separación entre la carrocería del automotor y el velocípedo desaparecen de manera casi constante en las vías que comparten, como lo determina la norma de tránsito.
Mientras nos llenamos de alegría por los truinfos de nuestros ciclitas, lo que ocurre día a día en las vías nos deja otro sentimiento. Un camión segó la vida, el pasado fin de semana, de la joven ciclista Danna Valentina Méndez Ortiz, promesa del ciclismo, que al término de su entrenamiento del día domingo sufrió un lamentable accidente que acabó con sus aspiraciones.
Los hechos tuvieron lugar cuando Méndez, se desplazaba entre Duitama y Paipa, en el departamento de Boyacá, territorio que tantas glorias deportivas le ha entregado a los colombianos. Según versiones de testigos, la menor de 15 años tuvo un altercado con el conductor de un camión. Unos pocos metros más adelante el vehículo alcanzó al grupo en donde Danna era la última y en un desnivel en la vía, la pequeña perdió el control de su cicla, justo en ese momento el camión pasaba por su costado, el final ya se conoce.
Este accidente generó indignación entre los deportistas, en especial en los ciclistas que hoy nos representan en la Vuelta a España. Quintana fue uno de los más enérgicos en reaccionar ante el lamentable hecho. Y no es para menos. Justasmente en estos días se conocieron las cifras del Instituto Colombiano de Medicina Legal en las que se indicó que entre enero y julio de este año 246 ciclistas han fallecido, 58 más que en el año anterior.
Se estima que desde 2016 cerca de 1.429 ciclistas han muerto en las vías nacionales. De las 246 víctimas que van en lo corrido de éste año, 22 eran mujeres. Por otro lado 1.478 ciclistas han resultado lesionados.
Estas cifras son más que suficientes para que el Estado colombiano implemente de una vez por todas la apropiación del código de tránsito, que esta diseñado precisamente para evitar lamentables accidentes por imprudencia de todos los que circulan por las vías.
Es hora que las autoridades competentes se apersonen del tema. Ante el auge de nuevos ‘locos’ del pedal, tanto en las ciclorrutas, ciclovías y calles compartidas, que ponen en riesgo su vida y de los demás usuarios, incluyendo a los más indefensos: los peatones.
La formación del usuario y control permanente en las vías, incluyendo temas tecnológicos como las cámaras de vigilancia, puede hacer la diferencia.
Si bien es cierto que se reconocen las grandes bondades de las bicicletas, es necesario que tanto ciclistas como conductores entiendan que es un vehículo que necesita espacio para circular, y que además esta regulado por las normas del Código de Tránsito, que es una norma nacional.
Danna nos dejó muy pronto, pero cada día se exponen en la vía muchas otras promesas del ciclismo deportivo, que comparten la vía con usuarios que encuentran en este vehículo su opción de transporte, trabajo o simplemente que ha adoptado una posición ambiental en beneficio de todos los que habitamos las ciudades.
El aumento de ciclistas es importante en todas las ciudades del país, por ello es fundamental la formación y la implementación de la cultura ciudadana de todos los actores de la vía, un deber que no excluye a nadie y que nos obliga a todos.