A raíz de la disputa legal de una pareja por la custodia de su mascota en Medellín, en Colombia se empezó a hablar de algo llamado ‘Familia Multiespecie’, un concepto con el que se reconoce a los animales de compañía como integrantes de las organizaciones familiares en virtud de los vínculos emocionales que se establecen entre humanos-animales y viceversa.
Aunque el concepto todavía no ha sido incorporado en la legislación colombiana por ambigüedades en las disposiciones legales y los reparos de algunos opositores a cualquier proceso de humanización de los animales, sectores de defensa animal han exhortado a discutir el término y conceptuar al respecto.
Familias multiespecie, un cambio de pensamiento
Para Ramón Acevedo, abogado, médico psiquiatra y ex concejal de Medellín, las personas están entendiendo que las mascotas son más que un bien mueble, por eso deben ser reconocidos legalmente como miembros de la familia.
“Hay una existencia de vínculos afectivos que se dan entre el ser humano y el animal que son demostrables y se expresan en el comportamiento humano y animal, lo que genera obligaciones y derechos”, afirma Acevedo.
Es tanto el amor por las mascotas en las familias que últimamente ha desembocado en pleitos legales por la tenencia de animales y ante esto, hay una falta de normatividad para legislar qué pasa con el animal cuando hay un divorcio ya que el animal no puede decidir, entonces el juez es el llamado a establecer a quién corresponderá la custodia afectiva y pecuniaria.
Concepciones jurídicas
El ex concejal fue el primero en el mundo crear una política pública sobre bienestar animal y como activista entendió que hay lazos afectivos entre otras especies sin importar si son humanos o no.
En el caso de los humanos hacia los animales, se insertó el término Adopción Animal, que para él significa comprender que “no soy dueño, sino que soy parte integral de una relación distinta de emoción y sentimiento, por lo tanto adopto conductas distintas en mi comportamiento”.
En vista de que la relación entre humanos y animales ha venido transformándose, en el año 2007 el concejo de Medellín creó el Acuerdo 22 para establecer una política pública en favor de la protección integral de fauna en Medellín. Con el tiempo, mediante la Ley 1774 de 2016, el Congreso reconoció a los animales como seres sintientes que deben recibir especial protección contra el sufrimiento y el dolor causado por los humanos.
Es así como poco a poco las bancadas animalistas han venido trabajando por la garantía de los derechos animales hasta lograr su reconocimiento en la Constitución como miembros de la familia y no como bienes muebles. En ese sentido, recomiendan que las personas se interesen por el bienestar de sus mascotas sin alterar su condición natural “humanizándolos”.
La domesticación y los derechos de los animales
Para Giselle Huerte, representante legal de la Fundación Bigote y Refugio Animal (FUNBRA), “una domesticación para cualquier ser viviente no es buena, genera cambios en su personalidad y forma de ser acorde a lo que en el domicilio necesitan”.
La veedora explica que el animal debe adaptarse a la casa y sus “guías” (personas que los cuidan), también deben hacer cambios por el bienestar del animal y no para satisfacer las necesidades humanas.
De allí la importancia de garantizar su derecho a la alimentación, hidratación, techo, libre desarrollo de su personalidad, libres de estrés, entre otros, los cuales son los que más se vulneran en Colombia incluso dentro de los hogares que habitan.
Por lo anterior, se debe tener en cuenta que aunque las relaciones multiespecie se pueden dar entre humanos y animales domésticos, silvestres y salvajes, la tenencia legal de estos influye a la hora de hablar de familia, ya que el Estado y las instituciones encargadas de la protección animal deben verificar que las personas cumplan con las condiciones necesarias para cuidarlos sin vulnerar sus derechos.
Compromiso y comunicación
Para Mario Patarroyo, fundador de la Organización de Rescate Miau´s, hay muy pocas familias multiespecie porque no todos los que tienen mascotas se comprometen a cuidarlas adecuadamente o no las consideran familia.
“Los animales tienen exactamente lo mismo que tiene una persona; tienen vida, tienen órganos y tienen su propia personalidad”, opina el fundador.
Añade también que los animales se comunican igual que los humanos y pueden expresar odio o afecto hacia una persona, por eso no hay que obligarlos a estar en un lugar o con personas con las que no se sienten cómodos.
Relación entre humanos y animales
Camilo Chain, vocero de la fundación Tapitas x Patitas opina que el hombre no solo tiene que venir a devastar y destruir el medio ambiente, sino que debe reconocer que “somos una especie pensante” que puede ayudar a la conservación de las demás especies y el planeta en general.
Así mismo, expresa que desde el concepto de protección, cuidado y compartir el espacio, se puede hablar de familia multiespecie, ya que las relaciones van más allá de convivir con animales domésticos y sentir aprecio por animales silvestres, y este cambio de pensamiento se ve reflejado en signos cotidianos.
“No más mira las placas de los vehículos donde tienen a la familia dibujada y al final un gato o un perro”, manifestó el vocero.
En otros países Latinoamericanos, los gobiernos están trabajando en el reconocimiento de estas familias desde una mirada que garantice los derechos animales (sin humanizar a las mascotas) y estableciendo las disposiciones correctas para regular los trámites que involucren a animales en pleitos humanos, tal es el caso de la inserción de los conceptos ‘Petmoms’ en Argentina o ‘Compañía de la Sintiencia’ en Perú.
Mientras tanto, el fallo del caso del perro Clifor, en el que el Fondo Rotatorio debía garantizarle la medicina que su dueña no podía conseguir al animal por ser considerado miembro de una familia multiespecie, abrió la puerta para ampliar el debate sobre las nuevas disposiciones en cuanto a representación legal de las mascotas en Colombia.