Por: Karen Suárez Niño y Daniela Méndez Zamudio
Las luces se encienden nuevamente en el Teatro Colón, marcando el inicio de una nueva etapa para las artes escénicas en Bogotá. Luego de 8 meses de cierre, este espacio icónico regresa con una producción que promete cautivar al público, la adaptación operística de La Vorágine, una obra que entrelaza la fuerza de la literatura con la intensidad de la ópera.

La obra finalizará su viaje en el Festival Amazonas de Opera, en Manaos Brasil.

Uno de los aspectos por los que más resalta es su escenografía, la cuál logra trasladar la narrativa del libro hacia el lenguaje visual con entereza, mientras retrata la selva y las historias que la atraviesan.

La composición de João Guilherme Ripper crea un paisaje sonoro que enriquece de manera precisa las vivencias de la historia y sus personajes.

El reparto está conformado por el grupo de teatro de la Universidad de lo Andes.

La ópera de La vorágine sorprende al público con momentos ligeros que contrastan con la intensidad de la obra y de su música por medio de pequeños instantes de comedia en medio de la tensión.

La obra invita a reflexionar sobre los temas ambientales y la explotación laboral, fusionando arte y conciencia social en el escenario.

“Logramos abrir las puertas de la casa, con una ópera de la casa, con artistas que también lo son, porque igual el Centro Nacional de las Artes (CNA) y el Teatro Colón es de todos y todas nosotros” así lo expresó Xiomara Suescún, Directora del CNA.
Con esta reapertura, el Teatro Colón reafirma su compromiso con las artes escénicas y con el fortalecimiento de la cultura en la capital del país.