El invitado en esta emisión fue la Fundación Margus, escuela de música de la cámara de Bogotá, representada por Gabriel, profesor de música clásica; Nicolás, intérprete de cuerdas pulsadas y piano; y Yihad (afrocolombiana), música de marimba, xilófono, instrumentos de viento y el chelo.
La Fundación ha dedicado parte de su trabajo con población en condición de marginalidad, abogando, por un lado, por la inclusión mediante el arte, y por otro, el fomento de la conciencia social en la formación artística; esto último, en especial, porque se comprende la música como algo más que fuente de distracción; es fuente también de concienciación y compromiso con el conjunto de la sociedad.
Ahora bien, teniéndose claro que esta fundación ha dedicado su trabajo a enfocarse en poblaciones marginadas del territorio colombiano, verbigracia comunidades afrocolombianas, surge la inquietud de si también, dentro de esta lógica de trabajo con poblaciones otras, ha acompañado a poblaciones en condición de discapacidad. Ciertamente, responde Gabriel, pues desde la fundación han tenido varias experiencias enmarcadas dentro del acompañamiento a poblaciones en condición de discapacidad; incluso actualmente se trabaja con niños en condición de discapacidad cognitiva leve; se está haciendo con ellos un coro, y se tiene pensado, luego, formar en instrumentación. A esto se suma el trabajo que -en una época- se llevó a cabo con el hospital de La Misericordia; allí se realizaban talleres de música con los niños que se encontraban permanentemente en el sitio. Por supuesto- deja ver Gabriel, no es un trabajo fácil en el ámbito musical, pero es hermoso, porque se puede ver cómo la música va más allá del mero ámbito del entretenimiento. La música es mucho más que eso, más que el sonido organizado, es un misterio. Esta afirmación se corrobora cuando se ve cómo ella afecta el ánimo y actitud de las personas, cuando ella tiene la capacidad para transformar vidas.
A la pregunta a los estudiantes de qué les genera la música, Nicolás responde que la música lo humaniza, en el pleno sentido de la palabra. Por su lado, Yihad dice que la música le brinda alegría, amor, sueños, familia, en síntesis, le da vida. Es por eso, por todo lo que genera la música en ellos, que ambos estudiantes nos complacieron tocando sus instrumentos, Yihad el chelo, y Nicolás, que decidió interpretar Un día de noviembre del compositor cubano Leo Braul, la guitarra. Una vez acabaron surgió la pregunta de ¿qué es todo lo que pasa por la mente del músico cuando toca, cuando interpreta? Para Yihad, en un inicio son nervios; pero el deseo de entregarlo todo en una pieza musical es más fuerte. También se sienten cosas que no se logran expresar. Nicolás comenta que en su cabeza suceden fuegos artificiales, porque más que limitarse a tocar bien las cuerdas, que es una cosa técnica, no se queda ahí, pues se volvería algo muy mecánico; lo que en verdad sucede es un diálogo con el instrumento, una conexión plena con él. Sobre todo esta interpretación, la de Nicolás, inspiró en todo el estudio una sensación de nostalgia, de un pasado lejano, pero que se vuelve cercano en ese preciso momento, que se vuelve cercano por un acto mágico. Y es que la música, mucho más que técnica es magia.
Conduce Víctor Rojas, Valkyria Bernal (Estudiante de Lic. en Pedagogia Infantil), Cristian Bastidas (Estudiante Comunicación Gráfica) y Nicolás Soto (Estudiante Lic. en Filosofía)