El Grupo Ambiental Guacaná, colectivo socioambiental de Arbeláez, emprende diferentes procesos y campañas para concientizar a las personas sobre lo que pasa en su municipio, de modo que las comunidades campesinas se apropien de su territorio y actúen por la defensa de sus recursos naturales.
“Queremos articular a todos los jóvenes que estén en el municipio y que puedan aportarnos muchísimas cosas más y así construir más nuestro municipio”, afirmó Lina Pinzón, vocera del colectivo.
A través de actividades culturales, recolección de residuos y manejo agrícola están apoyando a los municipios cercanos por la defensa de los recursos naturales para movilizar a los habitantes y hacerlos partícipes de las consultas populares y demás acciones democráticas.
La lucha por la protección del Sumapaz
El páramo de Sumapaz es el más grande del mundo, tiene una extensión de 333.420 hectáreas las cuales no sólo están en Cundinamarca, sino que abarcan parte de Bogotá, Tolima, Meta y Huila. El Sumapaz es un centro productor de agua muy importante para el país y actualmente juega un papel importante en la bolsa de valores.
Laura Cifuentes, investigadora de la Comisión de la Verdad, cuenta que los procesos sociales y ambientales pueden durar entre 5 y 20 años, pero en este territorio las comunidades están luchando por la protección de los recursos de la zona desde el siglo pasado y en los últimos 10 años gracias a los colectivos ambientales, la lucha ha cobrado más fuerza.
Sin embargo, la población ha sido víctima de amenazas y violaciones a los derechos humanos por no permitir que se moneticen sus recursos mediante megaproyectos extractivos o hidroeléctricas, por lo tanto desde la comisión trabajan con las víctimas para acompañarlas en su proceso y no permitir la repetición de estos actos.
“La invitación es a que los jóvenes parchen en su municipio y a que se piensen cómo quieren que sea este país, cómo lo sueñan y qué hacer desde el arte y la cultura para construir el territorio desde la paz”, aseguró la investigadora.
Logros del Grupo Ambiental Guacaná
Comenzaron en el 2014 con la llegada de los proyectos de minería, lo que hicieron fue socializar el tema y dar cátedra en las escuelas para informar a la comunidad sobre los aspectos positivos y negativos del proyecto. En el 2015 empezaron a realizar eventos culturales para promover la agricultura en el municipio y de paso dar a conocer otros emprendimientos agrícolas de la comunidad.
Tres proyectos petroleros se frenaron mediante una votación para evitar la extracción de recursos, gracias a que los jóvenes lograron que 4.311 personas en Arbeláez votaran en contra del proyecto en junio de 2017, debido al impacto ambiental que implica permitir el desarrollo de esta actividad.
También han realizado recorridos por el municipio para informar a las personas sobre las iniciativas ambientales y los proyectos que traen empresas para realizar en el territorio, de forma que sea la comunidad la que decida si quiere o no mantener su vocación campesina y no extractivista.
Por otra parte, el colectivo es consciente que posiblemente las consultas populares terminen en el futuro, entonces los jóvenes consideran fomentar un territorio sustentable para que la comunidad no viva de regalías, sino de sus productos agropecuarios, por lo que actualmente están trabajando con productores de mora y otros cultivos. Además entregaron un salón comunitario y crearon la plataforma Juventudes para articular a los municipios.
“Nosotros como jóvenes les estamos dando un plus a la plataforma Juventudes haciendo actividades, allí hay organizaciones de cultura, arte, deportes, turismo ambiental y ecológico”, dijo Pinzón.
El impacto de los jóvenes en los municipios
Los procesos de cooperación por parte de los jóvenes emprenden caminos a través de la educación en luchas ambientales, sociales, políticas y de género, lo cual ha afianzado y unificado relaciones rotas entre la comunidad para que se empoderen, tomen conciencia y busquen formas de mejorar lo que hay y convirtiendo el territorio en sujeto de derechos.
Los jóvenes aportan con su ayuda a construir más el municipio, de allí la importancia de estar activos en sus territorios y las generaciones que vienen a futuro para que disfruten de sus recursos naturales, por eso en el colectivo dicen que “pequeñas acciones llevan a grandes cambios”.
En ese sentido, la labor más importante de los jóvenes es no dejarse contagiar con cosas negativas, ayudar a la comunidad y aportar desde la participación a otros colectivos de jóvenes, mujeres para que aporten a la promoción de la educación ambiental a nivel urbano y rural.
“Como jóvenes y como colectivo hemos venido emprendiendo diferentes procesos y campañas para que la comunidad se concientice de lo que pasa en su territorio y lo conozcan”, dijo la vocera del colectivo.