Indonesia devolvió desde el mes de junio a los países de origen los contenedores que venían cargados con desechos, por no acatar con la reglamentación en el marco de un esfuerzo para impedir que los países pobres sean el vertedero de los países ricos. “Unos 250 contenedores incautados en el país en el verano fueron ya devueltos a sus expedidores y las autoridades están examinando otros miles, indicó Deni Surjantoro, un portavoz de las aduanas indonesias.
A principios de 2018, China decidió cesar la importación de desechos plásticos que obligó a los países desarrollados a encontrar otros destinos para sus basuras. Desde entonces, los contenedores se desvían hacía el sudeste asiático donde las capacidades de reciclaje son limitadas y los desechos terminan en el mar.
Ante las críticas, las autoridades refuerzan los controles y en los últimos meses empezaron a reenviar los contenedores que habían llegado al país. En la isla indonesia de Batam cerca de Singapur, 49 contenedores de residuos que no respetan la norma fueron devueltos a sus países de origen: Estados Unidos, Alemania, Francia, Hong Kong y Australia, indicó el portavoz de las aduanas.
Estos contenedores vienen cargados de residuos peligroso y envases de plástico. Los cargamentos no siguen las normas exportables. “Pueden estar contaminados con sustancias tóxicas o peligrosas”, dijo el portavoz.
Indonesia examinara otros contenedores de basuras y si no cuentan legalmente con las normas serán reenviados a sus países natal. “Cada año se producen 300 millones de toneladas de plásticos, de las cuales una buena parte acaba en vertederos y contaminan los mares amenazando la vida de la fauna, aseguro la organización medioambiental, World Wildlife Found (WWF)