San Juan Pablo II realizó su primer viaje internacional el 26 de enero de 1979 a América para acudir a ese santuario mariano; el papa Francisco dijo que “Si no fuera por la Virgen de Guadalupe, no iría a Ciudad de México” (Conferencia de prensa, 30/11/2015). San Pablo VI le regaló una rosa de oro y San Juan Pablo II una diadema. Benedicto XIV y Pío X, la proclamaron Patrona de México y de toda América Latina.
El acontecimiento guadalupano data del 12 de diciembre de 1531, cuando la Virgen María se apareció al indio Juan Diego Cuauhtlatoatzin con el recado al obispo de México, que le erigiera un templo. Según interpretación del Vicario de Cristo ese encargo hace referencia igualmente a “la construcción de ese otro santuario, el de la vida”.
“La venerada imagen de la Morenita del Tepeyac, señala la presencia del Salvador a su población indígena y mestiza” (Benedicto XVI)
Se narra que Juan Diego varias veces le dijo a la Virgen que él no aplicaba para el mandado. “María, empecinada le dice: no, que él sería su embajador.” Ella le regala, como señal, unas rosas preciosas y él, mostrándoselas al Obispo, descubre grabada en su tilma la bendita imagen de Nuestra Señora.
¿Cómo era Juan Diego? Dos citas bíblicas para responder: Sólo Dios “es poderoso y sólo los humildes le dan gloria” (Eclesiástico,3, 20) y, “Dios ha elegido a los insignificantes y despreciados del mundo; de manera que nadie pueda presumir delante de Dios”(1 Co 1, 28.29)
También a una persona se le describe por los apelativos: la Virgen le preguntó a Juan Diego: “¿Qué hay hijo mío el más pequeño?, ¿qué entristece tu corazón?» (NicanMopohua). Los papas lo han llamado el ¡águila que habla!, indio bueno y cristiano, hombre fiel y verdadero, ejemplo de un hombre de bien, recto de costumbres, leal hijo de la Iglesia, dócil a los pastores, amante de la Virgen, buen discípulo de Jesús. (Francisco, 31/07/2002). El 13 de febrero de 2016 el papa argentino lo llamo el pequeño Juanito, Juancito, El pequeño indio Juan. Así mismo se llamaba como “sometido a cargo ajeno, mecapal, cacaxtle, cola, ala.” A la Virgen, San Juan Diego le decía “Señora mía, a mi jovencita, a mi pequeña”, que cuando se le apareció “su rostro era el de una mujer mestiza y sus vestidos estaban llenos de símbolos de la cultura indígena”. (Audiencia, 11/12/2013)
“Hoy nuevamente nos vuelve a enviar, como a Juanito; hoy nuevamente nos vuelve a decir, sé mi embajador, sé mi enviado a construir tantos y nuevos santuarios, acompañar a tantas vidas, consolar tantas lágrimas. ¿Acaso no soy yotu madre? ¿Acaso no estoy yo aquí? Anda a construir mi santuario, ayúdame a levantar la vida de mis hijos,que son tus hermanos”. (Basílica de Guadalupe, 13/02/2016).