En ésta ocasión, en el espacio del programa “el puente se toma las calles”, se cuenta con la oportunidad de dialogar con un gran invitado, a saber, el señor Jorge Chivata, librero desde hace 28 años en Alejandría Librería, quien nos comenta un poco acerca de su llegada a tan maravilloso lugar, de sus experiencias como librero y de la importancia de la lectura en general y la librería como acceso a esa prueba, el cual fue determinante para su futuro en la biblioteca. Algunos de los requisitos eran tener buena memoria, saber escuchar, ser ordenado y eficaz; características tales que favorecían a Jorge. Al pasar el tiempo fue admitido como un trabajador oficial de la librería y se empezó a desenvolver poco a poco; su experiencia en la escucha de diferentes personajes, profesores, estudiantes de diferentes disciplinas fueron llenando y apasionando su formación personal, la literatura, filosofía, poesía, sociales y demás diversos temas acrecentaron su tesoro intelectual, brindándole herramientas y saberes que le ayudaron a cumplir cada vez más y de la mejor manera su labores en la librería.
Jorge se ha caracterizado por ser un hombre perseverante, apasionado y optimista, capaz de aprovechar la más pequeñas cosas, gracias a ello fue construyendo miles de vivencias diarias en la librería, las cuales le ayudaron a nutrir poco a poco su alma, mientras exploraba la locura envuelta en cada página y así fue formándose, amando apasionadamente cada instante que transcurría por los más recónditos lugares, historias y personas cargadas de problemas, conocimientos, saberes, sufrimientos, alegrías, curiosidades, deseos que crearon de ésta oportunidad un gran aprendizaje, con el sencillo hecho de acercarse a un autor o tener la oportunidad de toparse con uno u otro libro.
Otro de los temas que se desarrollaron en esta conversación, giró en torno a la cuestión de la sustentabilidad de la librería, a lo que Jorge acuñó que, en primer lugar la labor que realiza no opta en específico por el dinero sino por la autorrealización y la diversión y que, en cuanto a la librería, ésta también es un negocio y como tal, debe ser sustentable, debe haber innovación, puesto que, a medida que pasa el tiempo y las trasformaciones van configurando cada vez más, los contextos, las formas de vida, la realidad misma, la librería debe tomar decisiones de cambio, que contribuyan y aporten para la trascendencia de la misma o por lo contrario va a fracasar y desaparecer. Sin embargo, aunque la librería en el orden del capitalismo, se convierta en un negocio más, el valor que alberga es inimaginable, pues su esencia está constituida gracias a cada libro, historia y autor, pero sobre todo a cada persona, que busca, indaga, investiga, que conoce y se regala un espacio para conocerse a sí misma, para crecer y ser mejor.
Ahora bien, cabría preguntarnos el porqué de la crisis de la lectura hoy en día, por lo menos si nos situamos en nuestro contexto colombiano y nos dedicamos hacer análisis de ello, se puede dar cuenta fácilmente que las personas no quieren hacer un mínimo esfuerzo por leer o entender lo que se lee, y aunque el difícil y alto costo de los libros sobre pase el presupuesto promedio de los colombianos, el acceso a diferente material que brindan las librerías o el internet es enorme. Entonces cuál será la razón o razones que impiden a muchas de las mentes colombianas al adentrarse en los mundos que ofrecen los diferentes libros, quizá ¿El ocio? ¿El conformismo? ¿La educación? ¿La cultura ciudadana? Realmente ¿Es importante leer? O simplemente dejar que la técnica siga nublando cada uno de nuestros pensamientos, mediante las redes sociales, juegos, canales pornográficos y demás, como una opción, la más tentadora. La manipulación del sistema capital, ha configurado las mentes de los seres humanos para la conformidad y mediocridad mediante el consumo masivo, el cual no permite un crecimiento intelectual alto, pues podría –en nuestras manos- ser bastante peligroso para él.
La propuesta es arriesgarse a explorar esas nuevas realidades que nos fueron otorgadas desde el pasado.
Conduce Alejandro Montaño