Por: Vanesa Marín.
El 06 de septiembre de 2010 el problema se le salió de las manos a Felipe cuando le llegaron con el rumor de que Estefanía estaba teniendo un romance con uno de sus mayores enemigos, un habitante del barrio La Isla, esto llevó a Felipe a un estado de enojo y furor.
Él le reclamó a ella, pero Estefanía le negó rotundamente ese rumor, Felipe, cegado por la rabia, salió de la habitación de donde estaban y cerró tan fuerte la puerta que se escuchó como retumbaron los vidrios de las ventanas, al salir de la casa de su novia, Estefanía sale corriendo tras él y lo alcanza una cuadra más arriba.
-Pipe no me deje, si me deja yo me mato-, le dice Estefanía mientras le agarra la camisa.
-El que se va a matar no avisa, usted no me va a tener amenazado toda la vida con eso-, le responde Felipe mientras le quita bruscamente la mano de su camisa y sigue su camino.
Al llegar a su casa, Felipe se acuesta en la cama y le entra el recuerdo de Estefanía parada llorando en la esquina mientras él seguía caminando, él sabía que ella era una buena mujer y no creía que lo estuviera traicionando, se sienta en la punta de la cama, se lleva las manos a la cara y solo dice, -la cagué.
No pasó más de un minuto de estar en esa posición, cuando retumbaron las ventanas de su casa mientras alguien tocó fuertemente la puerta de la calle, era Cristian, su amigo de parche y cuñado, quien en medio de lágrimas y de una ira intensa le dice que su hermana se había matado por la culpa de él. Felipe siente un hormigueo por el cuerpo como cuando se pasa mucho tiempo con las piernas cruzadas y se intenta correr, así mismo sentía Felipe mientras iba corriendo junto a Cristian a ver qué había sucedido con su novia.
Al llegar a la casa, la escena no fue muy alentadora, la casa de Estefanía estaba encintada por la Policía y el carro de criminalística, Felipe corrió hacía la puerta de la casa y en medio de empujones de los policías por fin logró entrar, al ingresar a la habitación de su novia, se derrumbó en un llanto de dolor e impotencia y le dio un golpe a la pared, su novia, su compañera por más de 4 años, estaba colgando de una viga y atado al cuello una sábana de la cama.
Ver esa imagen para Felipe fue desconcertante, tanto así, que se lanzó al cuerpo de Estefanía que aún estaba caliente y la bajó de la sábana que todavía la sostenía, la recostó suavemente en la cama y la beso mientras por detrás sentía unos golpes y unos gritos que le decían, -por su culpa mi hija se mató malparido, por su culpa- era la mamá de Estefanía que lloraba mientras le daba puños en la espalda.
En medio del dolor, el desconsuelo, la pena y la impotencia, Felipe alza el cuerpo de su novia que ya está frío y pesado y se dirige al patio de la casa que tiene otra salida para ir con ella en brazos por toda una avenida principal de la ciudad, anonadado, desconcertado por el dolor sin saber lo que estaba haciendo en ese momento, sólo escuchaba englobados los gritos de la mamá y de los hermanos de Estefanía que corrían tras él, gritándole, -Suéltela, suéltela, ¿para dónde la lleva? – hasta que una patrulla de la Policía se le atraviesa en el camino y lo detiene.
A Estefanía le hacen el levantamiento en la calle siendo esto aún más doloroso para su familia, por su parte, Felipe va detenido a la Estación de Policía. Al interrogarlo allí por lo que había pasado, queda privado de la libertad porque en el interrogatorio descubren que Felipe, 15 días antes, había sido el autor principal de un homicidio en la ciudad.
Como un feroz depredador va buscando su nueva víctima para llevársela junto a él. El 06 de septiembre de 2010 le tocó a Estefanía, el 03 de noviembre de 2019 Jorge Eliecer Jiménez de 34 años, hirió a su pareja sentimental con arma blanca y acto seguido él se quita la vida en su vivienda, el 21 de julio de 2019 Héctor Elí Marín de 63 años se lanza del décimo piso del edificio La Calleja, donde vivía, luego de una discusión con su esposa.
El suicidio tiene una marca en Manizales y al parecer sus víctimas favoritas se encuentran en esta región, una bestia que no determina edad, ni clase social, solo se aprovecha de la desolación, sufrimiento, angustia y desespero de los que desea se conviertan en sus próximas víctimas.
El mejor vividero de Colombia; la mejor cultura; el agua más pura del país gracias a la calidad de los procesos que se realizan para su tratamiento; el relieve montañoso, gracias a su ubicación geográfica que ofrece diversos paisajes como nevados, volcanes, bosques, montañas y valles; el olor a café y a naturaleza; la amabilidad de su gente y la diversidad del clima, se ve opacado y abrumado por un demonio que anda suelto, un flagelo del cual no se puede escapar cuando ya se tiene en frente mirando a sus víctimas a los ojos llenos de tristeza y desconsuelo como si les dijera, “mírame, he llegado, no tienes otra salida que no sea acabar con tu existencia”.