La diseñadora realizó una publicación en Twitter dando a conocer las dificultades que ha sido vivir en esta emblemática construcción de Bogotá. A raíz de este escrito en la red social, Diana Gómez, se dio a conocer y contó su historia para UNIMINUTO Radio.
Diana afirmó que se enamoró de este apartamento por su distribución, ubicación y la vista pero que nunca imaginó los problemas que tendría tiempo después, “La experiencia no fue nada agradable, los apartamentos sí son bonitos, la vista es espectacular pero el arrendatario y la aseguradora nunca me dijeron que no iba a tener servcios básicos, luz, agua, etc…”.
Durante casi un año que Diana habitó el edificio nunca imaginó que la vivienda que parecía nueva tuviera tantas complicaciones, especialmente en servicios públicos y en los ascensores, “Viví casi un año, cuando yo me vine a vivir acá eramos muy pocos y por eso no se notaba tanto los problemas internos del edificio. Yo sabía y me habían dicho que los ascensores fallaban pero yo trabajo desde casa entonces no me perjudicaba mucho, pero nadie me dijo el tema de los servicios públicos. Aquí es como vivir en la selva”.
La bogotana sostuvo que desde los primeros daños que se fueron presentando lo informó al dueño del apartamento y a la aseguradora quienes no le prestaron atención y no hubo ninguna solución, “La primera vez que hablé con el dueño del apartamento le dije lo de la estufa y él me dijo que el problema eran las ollas, compré otras y tampoco sirvió; le volví a decir al dueño y me dijo que iba a mandar un técnico, que nunca envió, me tocó conseguir a mí el técnico y pagarlo. Otro tema fue el de los calentadores, suenan como si se fueran a explotar, tambien se me dañó mi equipo de trabajo (computador) por los fallos de energía, se lo dije al dueño y lo único que me dijo es ´vayase entonces´. Este apartamento no me sirvió para nada, me toca bañarme en el gimnasio”.
Otra de las grandes problemáticas que se presentan en el edificio Bacatá son los frecuentes daños en los ascensores, “Hubo una mujer que casi tiene su parto en las escaleras porque los ascensores no sirven, no cuentan ni siquiera con los certificados de control, calidad y seguridad. Somos aproximadamente mil personas las que habitamos aquí con estos problemas”.
El valor de los arriendos en esta torre son variables, depende del piso en el que esté el apartamento y el tamaño del mismo pero según Diana Gomez el mínimo es de 2 millones de pesos con un costo de administración de aproximadamente 300 mil pesos que igual no los vale como lo asegura la arrendataria, quien además informó que ya consiguió a dónde irse a vivir y así poder estar tranquila.
Aquí puede escuchar la entrevista completa con Diana Gómez, una de las habitantes de la Torre Bacatá en Bogotá: