Escucha nuestras emisoras: 🔊 AUDIO EN VIVO |

Escucha nuestras emisoras: 🔈 BOGOTÁ 1430 AM | 🔈 CUNDINAMARCA 1580 AM | 🔈 TOLIMA 870 AM | 🔈 SOACHA | 🔈 NEIVA | 🔈 SOLO MÚSICA

¡Más Gallina Criolla!

Una investigación del programa de Agroecología de Uniminuto, SP, trabajó con comunidades del norte y del sur del Tolima para mejorar la productividad de las gallinas criollas a partir de prácticas agroecológicas. Familias que manejaban lotes entre 5 y 30 gallinas, hoy lo hacen con 300 y hasta 1.200, lo que ha mejorado notablemente sus ingresos y disponibilidad de alimentos.

Por: Lina Leal

A lo largo de los últimos 25 años, el profesor Arlex Angarita Leiton se ha dedicado a estudiar las gallinas criollas en los sistemas tradicionales de producción campesinos. Su amor por estos animales proviene de la niñez, cuando se levantaba al unísono de los gallos y pasaba el día rodeado por gallinas y huevos, que conformaban el corral custodiado con esmero por su mamá, en el sur del Tolima. 

- Patrocinado -


Aunque en su infancia y adolescencia el campo no era su inspiración ya que anhelaba tener la oportunidad de estudiar y vivir como los niños urbanos, conocer la agroecología le hizo cambiar de idea volviendo el campo su inspiración. Decidió ser Agroecólogo y Psicologo Social Comunitario y enfocar sus estudios en mejorar la producción de aquellas aves que tanto había visto a lo largo de su vida: las gallinas criollas. Pero al no encontrar mayor información especializada sobre la gallina criolla, supo que era un tema interesante, inocuo y ávido de investigación ya que las gallinas tradicionalmente han estado en las fincas aportando alimento e ingresos. 

La gallina criolla colombiana

Las  denominadas gallinas criollas (Gallus domesticus) son una mezcla de razas producto de cruces entre aves silvestres locales y especies de gallinas provenientes del sudeste asiático, que se encuentran con frecuencia en Latinoamérica. En Colombia, se ha encontrado que existen más de 25 razas o biotipos de gallina criolla.

Estas aves tradicionales en los sistemas campesinos colombianos son reconocidas por sus patas delgadas, pero sobre todo por tener pico, alas y huesos muy fuertes. También poseen gran habilidad reproductiva y se alimentan con un amplio y variado tipo de productos ya que son omnívoros. Son muy resistentes al ataque de enfermedades, lo que les ha permitido adaptarse a vicisitudes medioambientales de todo tipo. Representan además la cultura tradicional campesina y parte esencial en la autonomía alimentaria de esta población. 

Los estudiosos destacan su diversidad genética y versatilidad para producir carne, huevos y crías en ciclos continuos.   

Los sistemas tradicionales de producción de gallina criolla ubicadas al sur del Tolima cuentan con fuentes de alimentación ricas en yuca, plátano y maíz. Al norte del departamento la fuente de alimento se concentra en el maíz. Foto: David López – Juan Camilo León

Por todas las anteriores bondades de la gallina criolla, es pieza clave en los sistemas de producción agropecuarios (en materia de economía, seguridad y autonomía alimentaria de la familia) en el 95% de las familias campesinas del continente.   

Cómo agroecológo de la Facultad de Ingeniería de UNIMINUTO, Angarita se preguntó ¿cómo potencializar un sistema de producción de gallinas criollas a partir de los recursos naturales locales, el conocimiento que tienen las familias y las comunidades, incorporando tecnologías agroecológicas que los hagan más eficientes  en el marco de la agrocultura sustentable? 

Así, comenzó en 2012 a trabajar de la mano de otros investigadores y población rural en la mejora de la producción de este tipo de gallinas, en diversas zonas del país como: Catatumbo, Caquetá, Santnaderes, pacífico caucano, Cundinamarca, Tolima y Caldas. En 2016, el equipo enfocó esfuerzos con una comunidad indígena y campesina pijao del municipio  Natagaima y otra campesina en Alvarado, en el departamento del Tolima.

“En esta investigación, queríamos  estudiar –y mejorar–los sistemas tradicionales a partir de prácticas agroecológicas, comparando el proceso en comunidades indígenas vs campesinas. Los indígenas, por su estructura organizativa, tienen la capacidad de evaluar y adoptar tecnologías de manera más fácil, mientras que las comunidades campesinas no tanto”, sostiene el profesor.

En este sentido, formularon el proyecto de la mano de las comunidades, a quienes consideraron co-investigadoras. Inicialmente, concertaron los propósitos de la investigación. Acto seguido, comenzaron un ejercicio de caracterización o diagnóstico participativo para calificar los sistemas productivos tradicionales, reconocer las prácticas presentes en el proceso de producción de las gallinas criollas e identificar los biotipos de gallinas presentes en el territorio. 

El proceso investigativo estuvo acompañado por un desarrollo de capacitación en prácticas agroecológicas para identificar posteriormente si a partir de la implementación de éstas es posible mejorar los sistemas tradicionales. 

Manos a la obra

De los 25 biotipos de gallina existentes a nivel nacional, los investigadores encontraron en Natagaima 17 y en Alvarado solamente 7. Además de se evaluó  la abundancia, hallaron mayor diversidad en las comunidades indígenas, donde se pudo empezar a caracterizar tres nuevas especies que aunque se habían reportado en otras regiones, no se tenía la certeza de su legitimidad como razas, pero en las comunidades del sur del Tolima son muy comunes. En contraposición, en las agrupaciones campesinas del norte del Tolima tanto la diversidad como la abundancia es muy baja . Este reconocimiento permitió un intercambio de procesos para recuperar la biodiversidad de gallinas en las comunidades trabajadas.

Por otro lado, según afirma el investigador: “Encontramos que una limitante era la alimentación, que está muy asociada con el suministro diario de  maíz. Es lo que se les da, pero se debe tener en cuenta que las gallinas requieren un alimento balanceado que proporciona proteínas, carbohidratos, minerales y vitaminas para que éstas empleen todo su potencial productivo y reproductivo. Las gallinas tienen una capacidad especial para el rebusque, por lo que pueden obtener del medio natural todos los nutrientes requeridos”. Cuando éstas son manejadas en sistemas de encierro (confinamiento), hay que proveer todos estos alimentos y nutrientes en los comederos, perdiendo el potencial de las gallinas para rebuscar su propio alimento. 

Con las comunidades –en jornadas de dos o tres días de trabajo colectivo e individual– elaboraron  dietas adecuadas para mejorar las condiciones de las aves, teniendo en cuenta lo que podía encontrarse en las fincas y aprovecharse para crear ambientes lo más naturales posibles para construirse en el hábitat natural o sistema de manejo. Para ello, se establecieron unidades  de pastoreo con corrales rodeados de árboles propios de la zona como el iguá, matarratón, guasimo, entre otros, para que el follaje sirviese de alimento y permitieran generar un ambiente más fresco y adecuado pero también se incorporaron otras especies al sistema como el plátano cachaco,la yuca, el maíz, el frijol, algunos frutales y plantas medicinales . 

“Se recuperaron los fríjoles propios de la zona, el frijol bagamundo un fríjol delicioso, de gran potencial productivo y adaptado a las condiciones del bosque muy seco tropical del sur del Tolima, típico en la dieta local que se da mucho en la zona y se ha ido perdiendo debido a la introducción de cultivos modernos. Cuando entendemos que el fríjol es una excelente fuente de proteína para la alimentación humana y de los animales, podemos potencializar su cultivo para destinar una parte como alimento para  las gallinas, además es un excelente abono verde por la gran capacidad de fijar nitrógeno al suelo y aportar materia orgánica”, advierte Angarita.  

El equipo de investigadores también capacitó a las comunidades en técnicas como el ensilaje (conservación por fermentación y deshidratación de las fuentes de alimento) (forrajes), aprovechando la abundante luminosidad solar diaria de la que se dispone, de esta manera se aprovecha la alta producción de materia verde en las épocas de humedad y se conserva y dispone para los meses de sequía, que son generalmente 7 de los 12 meses del año, aunque ha habido años de completa sequía en al zona. 

Con estas estrategias, las gallinas podrían tener fuentes de alimento local de buena calidad de manera constante, más diversa y con las cuales hay mayores posibilidades de suplir todos sus requerimientos nutricionales, lo que permite aumentar la productividad, que las familias dispongan de: mayor alimento, mayores ingresos y de manera más permanente. Todo esto a partir de las gallinas criollas.  

Igualmente, Angarita afirma que: “integramos a las familias para que participaran en los talleres de capacitación y ahí fue fundamental el papel de los niños, las niñas y los jóvenes que están estudiando y entienden más fácil las operaciones matemáticas”. De la mano de los pequeños y jóvenes, establecieron porcentajes y mediciones requeridos para las dietas de las gallinas, empleando ejemplos sencillos y metodologías desescolarizadas y contextualizadas a la realidad de las familias. De ese modo, todos formaron parte activa de la investigación, especialmente las mujeres que son las que han mantenido y liderado esta unidad productiva históricamente. 

“Las gallinas las manejan ellas”, sostiene el investigador, mientras añade que en consecuencia, el 80% de los participantes de la investigación fueron del género femenino. En palabras del agroecólogo, la mujer rural es muy eficiente y cuidadosa con el manejo y destino que da a cada recurso que tiene. Trata de aprovecharlo al máximo, con la ganancia adicional que siempre lo invierte o pone para atender asuntos o servicios relacionados con necesidades básicas de la familia como alimentación, medicinas, educación, vestido, etc. 

Desde la agroecología y procesos de desarrollo rural, debemos propiciar el progreso de servicios, estrategias y acciones que  potencien y permitan a las mujeres su ejercicio del poder y la autonomía mediante la inserción de técnicas que optimicen los procesos y las hagan más partícipes de los mismos. “Los resultados de este ejercicio de investigación ratifican los hallazgos que ya se han venido obteniendo en otras regiones de Colombia con mujeres que lideran procesos agroecológicos alrededor de gallinas criollas”, advierte el profesor.       

Ganancias multiplicadas

Con el proceso de investigación desarrollado, las familias lograron aprender a elaborar un alimento básico para las gallinas a partir del uso y aprovechamiento de recursos locales, también consiguieron hacer un inventario de la diversidad y abundancia de gallinas criollas presentes en el territorio, y proponer acciones para su conservación y la recuperación de aquellos biotipos que han desaparecido.     

Al evaluar las repercusiones de las dietas suministradas a las gallinas criollas, y elaboradas a partir  de recursos locales, encontraron que la productividad aumentó obteniendo porcentajes de postura por encima del 80%, lo cual es muy positivo, ya que permite que la familia disponga de mayor alimento y que además pueda vender más huevos para mejorar el flujo de ingresos. Con el alimento suministrado se tiene una mejor ganancia de peso en los animales, se disminuye la mortalidad en animales jóvenes.  

Infografía: Juan Camilo León

Por otro lado, desde el punto de vista económico, por cada peso que las familias invirtieron, obtuvieron 1,7; es decir, recuperaron el peso invertido, pero adicionalmente ganaron 0.7 por cada uno. En otras palabras, por cada $1.000 invertidos, les están quedando $700 libres o ganancia, teniendo claro que los costos están representados básicamente en el valor de la mano de obra en el manejo. Se trata de una actividad que genera autoempleo, por la cual algunas familias han logrado obtener ingresos anuales por encima de los 150 millones de pesos.  

De otro lado, familias que anteriormente poseían entre 5 y 30 gallinas pasaron a manejar lotes entre 300 y 1.200, en diferentes etapas de desarrollo: pollos, reproductoras y pollitos de levante. Este aumento del 4.000% corresponde a las condiciones provistas por la finca o la localidad, es decir al sistema productivo y al aprovechamiento de: especies forrajes locales, pie de cría propio, conocimiento tradicional y la introducción de tecnologías agroecológicas que no generan dependencia del mercado externo y potencian la autonomía principalmente en las mujeres.  

Todo esto ha mejorado las condiciones de manejo de las gallinas criollas de la zona y favorece su propagación. Pero también ha favorecido a las familias y las comunidades involucradas, en un intento de este equipo por reconocer la capacidad de gestionamiento de mujeres indígenas y campesinas, gracias a la innovación en la productividad de las gallinas criollas a partir del enfoque agroecológico, del desarrollo local y la autogestión en un proceso de investigación acción participativa.

Para más información de Rizoma:

https://www.uniminutoradio.com.co/rizoma/

| Nota del editor *

Si usted tiene algo para decir sobre esta publicación, escriba un correo a: radio@uniminuto.edu

Otros contenidos

Contenidos populares