La instalación del Congreso de Colombia, el pasado 20 de julio, reveló los “nuevos” rostros de la legislatura nacional, sin embargo, con la bajada de pantalones del congresista Antanas Mockus, también salieron a la luz dos viejas conocidas por la opinión pública: sus nalgas.
El hecho es motivo de conversación nacional y marcó una tendencia a favor y en contra del acto, el cual fue registrado en fotografía y video por algunos de sus colegas. Rápidamente las redes sociales se inundaron de tuits mencionando el gesto. No tuve la oportunidad de verlo en directo, así que lo busqué a través de Google Imágenes.
Fotografía 1 de la búsqueda.La primera foto que encontré no era de buena calidad, entonces di clic derecho sobre la misma y escogí la opción: buscar imagen en Google.
Fotografía 2 de la búsqueda.El resultado fue asombroso. Google relaciona el gesto de Mockus con pinturas de Alejandro Obregón(Quién es, ver aquí). ¿Por qué? ¿A caso Mockus es elemento icónico de la estética del pintor?
Fotografía 3 de la búsqueda.La respuesta aunque simple (lo verán más adelante) requiere conocimiento de arte que no tengo. El descubrimiento me lo ayudó hacer el artista Juan David Quintero, curador del Museo de Arte Contemporáneo (MAC) de Bogotá. Entonces, el algoritmo de Google es tan poderoso que elimina las nalgas del congresista para dar importancia a lo importante, la pintura de Alejandro Obregón que hay detrás del legislador.
La historia del mural de Obregón en el salón elíptico del Congreso, cuenta que la misión de pintar la pared en blanco detrás de la mesa directiva fue encomendada por el entonces presidente Belisario Betancur. Obregón se apartó de las estéticas heroicas y consideró una en la que se destaca, según él, el mayor tesoro nacional: la biodiversidad. Los cóndores, las barracudas, el mar y las montañas son protagonistas.
Según este artículo de la revista Semana, al pintor le tomó dos meses conseguir un resultado de su agrado. “Comenzó dibujando las siluetas de más de 20 cóndores en la parte alta del mural; luego dio forma a las barracudas y al sol, y finalmente delineó las cordilleras. Pero cuando parecía haber terminado, cambió de idea y borró en una noche el mural. No porque dudara de sí mismo, sino porque no sabía qué era lo más conveniente para Colombia, un país “embellecido por el arte pero castigado por la desigualdad”.
Al final, Obregón consiguió el resultado pero nunca reveló el significado de su obra. Quienes le conocieron, como el poeta Juan Gustavo Cobo, dicen que “Alejandro quería enviarle un mensaje al país, especialmente a quienes hacen las leyes y actúan en representación del pueblo (…) Su idea era mostrar cómo a pesar de ser tan diferentes y de tener tantas opiniones distintas, al fin y al cabo todos somos colombianos y debemos aprender a convivir en la diferencia”.
Hay escándalo y repudio por el gesto del congresista Mockus. Aunque honestamente, creo que peores cosas han sucedido o se han decidido allí para la suerte de nuestro país. Entiendo que el congresista Mockus se molestó porque sus colegas no prestaban atención a un orador. Por lo que cuentan, habrá una sanción para él, seguro está dispuesto a acatar su responsabilidad por el hecho. Pero si el algoritmo de Google le dio importancia a lo importante, ¿por qué no hacemos nosotros lo mismo?