La violencia contra las mujeres en distintas expresiones sigue siendo una constante. Y de nuevo es, tema de El Espectador en el editorial del domingo pasado, que publicó bajo el título, Para detener la violencia de género.
El texto se refiere a dos temas específicos, y así los explicita:
La semana que termina ocurrieron dos hechos contradictorios. Mientras una sentencia de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) hizo avanzar la protección de las mujeres víctimas de violencia intrafamiliar, la decisión de otro juez, motivada por la negligencia de la Sala Penal del Tribunal Superior de Manizales, promete convertir la vida de una mujer víctima en un calvario. Ambos casos ponen en evidencia que es necesario intervenir la justicia para eliminar los obstáculos que fomentan la impunidad en estas situaciones.
Uno de los casos a los que se refiere el editorial, es el relativo a la libertad que otorgó un juez a Ricardo Enrique González Tovar, condenado en primera instancia a 45 años de prisión por asesinar a sus dos hijas y apuñalar en 26 ocasiones a su exesposa, Luz Stella Forero Gómez. ¿El detonante de ese crimen? Forero pidió el divorcio.
El segundo caso, se relaciona con la situación de la magistrada del Consejo de Estado Stella Conto Díaz logró que la CSJ expidiera una sentencia que le ordena a su exesposo indemnizarla por la violencia intrafamiliar que ejerció contra ella, así como pagarle una cuota alimentaria mensual.
Dos situaciones distintas en las que dos mujeres son víctimas, y en ambas situaciones la justicia está vinculada. Una justicia que debe de impartirse de manera equitativa, para evitar situaciones aún más graves. Y, no sólo en los casos que relaciona el editorial de El Espectador, sino que se extiende a un número no determinado de mujeres en distintas instancias.