Bogotá atraviesa por una ola de inseguridad que despierta preocupación en los ciudadanos. En lo que va del año, se han presentado más 11 hurtos a restaurantes, gastrobares y cafeterías (sin contar las personas de a pie) según cifras de la Policía Metropolitana de Bogotá.
En videos han quedado registrados los momentos de pánico que comerciantes y comensales han tenido que vivir por culpa de los ladrones que, en cuestión de segundos, los despojan de sus pertenencias.
Para José Orlando Carrillo, experto en seguridad ciudadana, “este fenómeno tiene varias condiciones; la primera se debe a que el delincuente aprovecha la baja de guardia de los ciudadanos a la hora de comer para llegar y atacar. Adicionalmente, no solo encuentran dinero en las carteras, sino también en la caja registradora de los mismos restaurantes”.
Las localidades con mayor afectación en el hurto a restaurantes han sido Usaquén, Chapinero y Teusaquillo. Esto no solo ha afectado la disminución de las ventas del comercio, sino que la percepción del ciudadano es de inseguridad.
Y aunque el modus operandi de las bandas delincuenciales ha cambiado en comparación con años anteriores, las autoridades trabajan para fortalecer la seguridad en Bogotá y devolverle la tranquilidad a las personas.
¿Qué pasa con el uso de armas?
Una de las inquietudes de los ciudadanos es por qué no hay una regulación y control de las armas de fuego. Respecto a este tema, el experto en seguridad explica que la política del “plan desarme” no es nueva y aunque en Bogotá se siguen vendiendo armas legales con los permisos de porte, en teoría quedan con permiso de tenencia porque en Bogotá, por decreto de la alcaldía, no se pueden portar armas. Sin embargo, se debe tener claro que rara vez las armas de fuego que utilizan para delinquir son legales.
Extorsión
En la extorsión, hubo un aumento del 47%, según el primer balance de seguridad entregado en enero por el alcalde Mayor de Bogotá, Carlos Fernando Galán. “En su gran mayoría, la extorsión es un ejercicio carcelario; generalmente, estas provienen del sistema penitenciario. Y a ello le sumamos que, en las vías públicas de las diferentes localidades, muchos delincuentes del común se hacen pasar por bandas delictivas de grandes nombres como “El tren de Aragua”, para intimidar al ciudadano o comerciante y que este termine accediendo a sus solicitudes delincuenciales”, señaló Carrillo.
Medidas contra la inseguridad se han creado por iniciativa de la ciudadanía, sin embargo, José Orlando Carrillo explica la importancia de articularse con las autoridades y evitar tomar justicia por mano propia. Además, hace una recomendación a las entidades de justicia y seguridad.
“Se debe transformar nuestro sistema penitenciario, que es pésimo en Colombia. Parece que fuese la escuela del delito, en lugar de cumplir la finalidad de la pena”, finalizó.
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