Esta idea ya había sido planteada anteriormente pero debido a varios factores no se pudo llevar a cabo, uno de esos obstáculos fue la desconfianza por parte de los alcaldes de los demás municipios, quienes no veían beneficioso la expansión de los proyectos que estaba adelantando Bogotá, como el Transmilenio. Otra barrera es la falta de un marco constitucional y legal que despierte la confianza de los demás municipios en ser parte de esta ciudad metropolitana. Las dificultades que tienen estos municipios para la administración de sus recursos fiscales pueden mejorar con el cumplimiento de este proyecto y de esa forma mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos.

Para que este proyecto de ciudad metropolitana sea llevado a la realidad es necesario el apoyo del Congreso de la República y el presidente entrante, se requiere de una ley orgánica y una reforma constitucional para dar garantías a los municipios de que no van a desaparecer como entes territoriales autónomos.