La responsabilidad social puede definirse como una contribución activa y voluntaria al mejoramiento social. Esta surge de la necesidad por equilibrar los efectos producidos de las grandes empresas a su entorno. Debido a su importancia el programa el puente decide crear un espacio de diálogo para realizar una mirada crítica sobre la responsabilidad social y el uso dado por las empresas.
Para ello este programa contó con la participación de Rigoberto Solano, comunicador social y consultor nacional en procesos y proyectos regionales, además de Carlos Naranjo, Licenciado en Filosofía y Magíster en ciencias Políticas, con ellos se desarrollo una mirada profunda sobre el ejercicio de la responsabilidad social empresarial en el país.
En este marco se puede definir la responsabilidad social como una herramienta para gestionar los impactos de toda actividad empresarial a la sociedad, pese a esto en la actualidad esta gestión no se realiza de manera adecuada pues es aprovechada como un medio para cumplir una normatividad exigida por el Estado y no como un hecho consciente de retribución al otro sobre los impactos negativos que se han producido sobre este.
De aquí se evidencia como se genera una lucha de intereses en los que prima las particularidades sobre la vida en comunidad, ejemplo de ello es la extracción de recursos de la tierra que no solo afecta a los ecosistemas, sino también a las comunidades que construyen su concepción del mundo a partir de su relación con la naturaleza.
En este caso, las empresas buscan remediar o mitigar los efectos de estas actividades a la sociedad mediante recursos que son otorgados a las comunidades, tales como espacios de recreación y medios para “mejorar su calidad de vida” que en su mayoría no suplen las necesidades de estas comunidades y que en ocasiones no son necesarios para su bienestar, a la par el daño producido por las empresas va más allá de esto, debido a que se está vulnerando la dignidad de la persona ya que se afecta su cultura y tradiciones que son el sentido de vida de estas comunidades.
Este tipo de problemáticas nacen de la ambición y del hecho de ignorar al otro como un individuo válido y en igualdad de condiciones. De igual manera prevalecer los intereses particulares sobre los sociales es un hecho que convierte el ejercicio de la responsabilidad social, en un negocio que favorece intereses económicos de las empresas sobre su responsabilidad como actores participantes de un círculo social.
Por lo anterior, un principio primordial es reconocer que cada actividad humana ya sea social o individual, tiene repercusiones o impactos en nuestro entorno, es de aquí donde surge la propuesta por mantener una actitud crítica, reflexiva y ética frente al actuar humano, pues este ejercicio cotidiano de convivencia con el otro exige un compromiso responsable y tolerante en el que se cumplen diferentes normatividades con el objetivo de favorecer la sana convivencia.
