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Sueños materializados hechos cenizas*

La tranquila tarde del 7 de junio se transformó en desolación en el corazón del parque principal de Chía, cuando un robo que desencadenó un incendio arrasador dejó a la comunidad atónita, enfrentando la pérdida de sus negocios y la incertidumbre del futuro.

Por: Nicol Yuliana López Pérez, 3.er semestre

“Estaba en shock, no podía creer que mi local que el día anterior estaba lleno, súper próspero, ahora fuera solo un hueco”.

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Era 7 de junio, la tarde corría muy bien en el parque principal de Chía, todos sus locales llevaban un buen día, buenas ventas y buena atención, pues muchos locales ya eran queridos por el gran tiempo que llevaban resididos allí. Ni los dueños ni la comunidad habrían imaginado que, en la madrugada de ese día, ocurriría un incendio dejando todo en

ruinas, destruyendo todas las ilusiones y sueños que habían materializado en los lugares afectados.

Todo empezó como un robo, o bueno, así quedó tipificado ante la Fiscalía. Las pruebas de las situaciones quedaron grabadas por cámaras de seguridad, gracias a esto, se documenta una hora y media como tiempo total del acto ilegal cometido por dos hombres encapuchados. Todo inicia a las 4 de la mañana, aproximadamente, en ese momento quiebran el vidrio para acceder al primer local, este local es el de Martha, entran y salen en varias ocasiones sin sacar nada, todo esto es muy extraño puesto que, en una escena de robo, el tiempo mientras más corto sea, más eficaz es su objetivo. Policías rondan en ese mismo lugar y a la misma hora sin darse cuenta de lo que está sucediendo. Llegando a los últimos minutos de la escena, con o sin intención, aún no se sabe, un gran incendio se asoma en medio del Centro Histórico de este municipio, afectando diferentes viviendas y locales de la zona.

Fotografía: Gobernación de Cundinamarca.

“Lograr abrir un negocio no es fácil, requiere mucho empeño, enfoque, bienes económicos

entre muchos más valores, el aporte y desgaste material y psicológico es inmenso, pero cuando logras ver tu sueño ya no solo como un sueño que ideó tu cabeza, sino como un sueño ya materializado, piensas en que cada mínimo esfuerzo valió toda la absoluta pena, te llenas de gratitud y tranquilidad”, dijo Martha.

Me encontraba disfrutando de un viaje cuando de repente entra una llamada a mi celular, era de mi hermano, hubiese querido pensar que era una llamada de rutina, una para saber solo si estaba bien, pero al ser de madrugada mi cabeza inmediatamente reaccionó de una manera no tan ortodoxa, sabía que tal vez algo no estaba bien. Contesto y empiezo a escuchar su voz contándome lo que había sucedido. En medio del miedo y de la tristeza tan profunda que sentí, preparé maletas y organicé el viaje de vuelta tan pronto como me fue posible.

Llegué a Chía al medio día, no estaba preparada para ver y confirmar con mis propios ojos que lo que me había dicho mi hermano realmente había pasado, mi pensamiento en ese momento era lo más natural y común posible, pues creo que a nadie en este mundo le complacería ver sus sueños realizados con tanto esfuerzo, hechos cenizas, y realmente fue así, no quedó más que eso… Estaba en shock, no podía creer que mi local que al día anterior estaba súper lleno, súper próspero, súper bien, lleno de muchas mercancías, ya no tenía nada, ahora era solo un hueco.

Ya no había nada que rescatar, todo estaba perdido, a pesar de la perplejidad que estaba

presente y se apoderaba de Martha, se solidarizó con los demás afectados. “Me daba mucha tristeza ver a mis vecinos en su tragedia también, no fue algo que sentí únicamente yo… el ver cómo muchos de ellos estaban intentando sacar algo, abrir; o sea, estábamos en una confusión tremenda, eso nunca había pasado en Chía, fue muy fuerte”.

Joyerías, restaurantes, almacenes de ropa, de peluches y fruterías fueron algunos de los que quedaron bajo las llamas. La gravedad de lo ocurrido hizo obligatoria la presencia de unidades de gestión de riesgo, como policías y bomberos, además de unidades de atención y socorro no solo de Chía, sino también del municipio aledaño Zipaquirá. Después de unas horas controlaron las llamas, ahora empezaría el proceso legal, la individualización entre locales, dueños y pérdidas, rendir ante la Fiscalía indagatorias, etc. A pesar de todo ello, al sol de hoy, los causantes de este daño no se han podido identificar y mucho menos capturar.

Pese a la situación, la Gobernación de Cundinamarca ofreció ciertos apoyos los cuales fueron cumplidos, mientras que el auxilio por parte de la Alcaldía no fue lo que se esperaba, se ofreció una ayuda mediante un Bingo en el cual los recaudos fueron mínimos, “la verdad nos ha generado más inconvenientes que beneficios”.

Todo es un proceso, ahora no era comenzar realmente desde 0, pues el verdadero “desde 0” es el primer intento, esta vez sería el segundo, es levantarse después de una caída. El apoyo de personas y proveedores sembraron nuevamente esperanza en mí, y, con los sueños presentes y claros aún, lo intenté, no fue fácil. A pesar de la gran deuda con la que cargaba, se empezó con algo pequeño, tablas e incluso las cosas en el piso. Después de casi dos años de la tragedia, logré poner un nuevo punto de venta aún más estable. “Fue un momento de vacío tenaz para luego retomar lo que sé hacer…se vale muchísimo la resiliencia y la berraquera”.

*Los nombres de las personas fueron cambiados por su seguridad*

| Nota del editor *

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