Por: José Nicolás Rodríguez
La ambientación del juego cuenta con algunos lugares reales, que los desarrolladores lograron adaptar al mundo del juego. Existen zonas seguras, creadas por grupos de supervivientes para protegerse de los Infectados y de otros peligros, que transmiten una sensación de claustrofobia y aislamiento. Las paredes improvisadas, la escasez de recursos y la constante amenaza del exterior generan una tensión palpable.
Lugares emblemáticos como el Capitolio de los Estados Unidos o el Museo de Historia Natural, han sido reimaginados como escenarios desolados y llenos de peligros, que contrasta su antigua grandeza con la miseria actual del mundo.
En este juego hay una amenaza principal que es el centro de toda la trama, que no es un personaje sino un virus llamado Cordyceps unilateralis, que infecta a las hormigas y las convierte en zombies. Los desarrolladores del juego se basaron en este hongo real para crear una enfermedad ficticia que fuera creíble y aterradora. Este hongo parásito, es una espeluznante inspiración para la infección fúngica que devasta el mundo del juego.
En este escenario desolador aparece Joel, un hombre atormentado por su pasado que se ve obligado a contrabandear a Ellie, una joven, a través de lo que queda del país. Lo que comienza como un simple encargo se convierte en un viaje de supervivencia y redención para ambos.
A diferencia del resto de la población, Ellie no se Infecta cuando es mordida., peculiaridad que la convierte en un objetivo crucial para las Luciérnagas, un grupo rebelde que busca desarrollar una cura para la infección a partir de su sangre.
El misterio que rodea la inmunidad de Ellie es uno de los elementos centrales de la trama de The Last of Us. Se proponen diversas teorías para explicar su resistencia al virus: desde una mutación genética hasta una exposición prenatal al Cordyceps.
La inmunidad de Ellie representa un rayo de luz en un mundo sumido en la oscuridad. Su sangre podría ser la clave para salvar a la humanidad de la extinción, lo que la convierte en una figura perseguida por las Luciérnagas y por otros grupos que buscan aprovecharse de su condición.
La banda sonora de The Last of Us es compuesta por el galardonado músico Gustavo Santaolalla, un elemento fundamental para crear la atmósfera del juego. La música ambiental, melancólica y llena de tensión, complementa a la perfección los escenarios desolados y la historia desgarradora.
