Por: Juan Vargas
Trazando memorias
El Museo de Memoria Histórica de Colombia se encuentra en construcción sobre la Avenida de las Américas, cerca al cruce subterráneo de la Avenida El Dorado, del Centro Administrativo Distrital, la Clínica Mederi y la sede del Concejo de Bogotá.
Proyectado como un monumento para honrar a las víctimas del conflicto armado, ha sido objeto de controversia para los ciudadanos. En 2011 se definió su construcción física, la cual tendrá 14.139 metros cuadrados, cinco salas de exposición y más áreas comunes como una ludoteca. Aunque su promesa es ser un espacio dedicado a la reflexión y la reconciliación, el museo se ha tildado de “elefante blanco” por los retrasos, la falta de recursos y la percepción de abandono que lo rodea.
El proyecto del museo fue anunciado con grandes expectativas. Se planeó un edificio moderno y accesible en el centro de Bogotá, que abarcaría exposiciones permanentes y temporales como en cualquier museo, junto con programas educativos y espacios de reflexión.
La idea era que el museo no solo conservara la memoria de las víctimas, sino que también sirviera como un centro de diálogo y educación sobre la paz y los derechos humanos. El proyecto ha enfrentado numerosos obstáculos, problemas financieros, cambios en la administración, etc., que han contribuido a los constantes retrasos en la construcción y apertura del museo.
A pesar de las promesas repetitivas de finalización, el edificio permanece incompleto y cerrado al público. El museo ha sido criticado por la falta de avances visibles y el deterioro de las instalaciones no terminadas. Para muchos, representa un desperdicio de recursos y un testimonio de la falta de rendimiento administrativo.
La percepción de abandono ha generado desconfianza y frustración entre las víctimas del conflicto y la sociedad en general, quienes ven el proyecto como una promesa incumplida. Además, la falta de un centro dedicado a la memoria histórica impide que las nuevas generaciones comprendan, en su totalidad, la magnitud y complejidad del conflicto armado en Colombia.
Problemas estructurales y financieros
Todo llega a las estructuras del edificio, ya que tiende a colapsar debido a la calidad del concreto vaciado en los muros o placas de este, se dice que fue bastante baja o no apta para este tipo de edificación, por lo que se presentan fisuras o grietas que deben revisarse para culminar el proyecto. Así mismo, por varias denuncias informan que las mallas en varios sectores de la estructura quedaron por fuera del límite estipulado.
La norma (NSR 10) impuesta por el Reglamento Colombiano de Construcción Sismo Resistente, que es: “El reglamento colombiano encargado de regular las condiciones con las que deben contar las construcciones con el fin de que la respuesta estructural a un sismo sea favorable”. Debido a todos estos antecedentes, la empresa contratista ya ha recibido tres multas por el incumplimiento en el cronograma.
Financiamiento y responsabilidad
El predio donde se construye el museo fue donado por la Alcaldía Mayor de Bogotá, siendo la empresa española Obrascon Huarte Lain (OHL) S.A. la encargada de la obra, cuyo costo sube a 64.281 millones de pesos. Desde el segundo semestre de 2023, la obra se encuentra en abandono, adicionalmente, la edificación está en riesgo y se considera como un elefante blanco.
Una auditoría de la Contraloría General de la República, publicada el 11 de enero de 2024, muestra incumplimiento a la gestión fiscal para la construcción del Museo de Memoria de Colombia por presunta incidencia fiscal por 12.998 millones de pesos, además, la empresa contratista ya ha recibido tres multas por el incumplimiento en el cronograma.
Voces de la comunidad y esperanzas futuras
María González, una reconocida representante de las víctimas del conflicto armado en Colombia, expresó su frustración respecto al Museo de Memoria Histórica de Colombia. “El museo era una promesa de reconocimiento y dignidad para nosotros. Cada retraso y cada promesa incumplida es una herida abierta para las víctimas”, dijo González.
La falta de interés en guardar memoria hacía las víctimas del conflicto armado en Colombia ha estado en vilo, es necesario que se construya el Museo de Memoria, un espacio que pueda contribuir con la sanación que requiere el país.
María menciona, “perdí a mi hermano en una masacre que quedó impune. Este museo es la única esperanza que tengo de que su historia, y la de miles de otros, no se olvide. Cada vez que paso por el edificio en construcción y veo que sigue igual, siento que nos están diciendo que nuestras historias no importan,” afirmó. Además, señala la falta de transparencia en el manejo de los fondos y la administración del proyecto como uno de los factores más desalentadores: “Queremos respuestas claras sobre por qué no se ha avanzado. Las víctimas merecen respeto y claridad sobre el destino de este proyecto.”
Ana Rodríguez, asistente administrativa de la inmobiliaria encargada de la construcción del Museo de Memoria Histórica de Colombia, hace mención sobre los desafíos y las dificultades encontradas durante el desarrollo de este importante proyecto. Rodríguez comienza explicando la visión inicial de la inmobiliaria de crear un espacio cultural y socialmente relevante, destinado a preservar y difundir la historia local.
Rodríguez asegura que, “La falta de liquidez se convirtió en un obstáculo crítico, afectando a los proveedores y a los trabajadores. La comunicación interna y externa también fue problemática, con rumores y confusión sobre el estado del proyecto”. Ana reflexiona sobre las lecciones aprendidas de esta experiencia, destacando la importancia de realizar estudios exhaustivos desde el principio, garantizar una comunicación fluida entre equipos y tener un plan de contingencia sólido.
Trazos perdidos
La esperanza se encuentra en acatar estas lecciones para que ayuden a mejorar futuros proyectos y que algún día el Museo de Memoria Histórica pueda completarse para beneficiar a la comunidad. Durante la construcción, se identificaron varias fallas estructurales que complicaron aún más el avance del proyecto.
Estos problemas incluyeron deficiencias en la cimentación, materiales de construcción que no cumplían con los estándares de calidad necesarios y errores en el diseño arquitectónico. Pese a los intentos de tomar medidas correctivas, como consultas con expertos y propuestas de refuerzos estructurales, los problemas técnicos y financieros conllevaron a abandonar el proyecto.
Este museo es una construcción que marcará la historia de la ciudad, no solo por su significado y la historia que habitará en él, sino también por el retraso y el complot que lo acobija.
