Por: María Fernanda Rodríguez
Desde el 16 de marzo fueron cerrados los colegios públicos y privados en el país, a causa de la emergencia sanitaria del Covid-19, desde entonces, se han ajustado para desarrollar las clases de manera virtual como única opción para continuar estudiando y evitar la propagación del virus.
Sin embargo, tanto para estudiantes como para padres de familia y profesores, este cambio ha sido algo complejo. Durante el primer semestre del año se dieron a conocer varias quejas y angustias por los padres de familia, quienes tuvieron que acomodarse, además de sus trabajos y labores del hogar, para ayudar a sus hijos con las tareas que enviaban constantemente, debido, entre otras cosas, a la falta de explicaciones habituales que se hacían de forma presencial y que dejan dudas en los estudiantes, además, ocasionan, en muchos casos, estrés a causa de la carga estudiantil que terminaba por ser una carga para los padres de familia.
Sumado a esto, no todos cuentan con las herramientas tecnológicas necesarias para un buen aprendizaje y finalmente no todos los padres cuentan con el nivel educativo para guiarlos en estos procesos de aprendizaje.
El Ministerio de Educación ha realizado distintas campañas para la donación de aparatos tecnológicos, la creación de modelos educativos flexibles para los niños y jóvenes que no cuentan con conectividad, programas educativos que se transmiten en televisión y radio y la disposición de recursos económicos a varios sectores. Sin embargo, esto no ha evitado que la deserción escolar sea un hecho preocupante en el país.
Recientemente, se ha dado a conocer que, para el segundo semestre del año, en ciudades como Medellín, se han identificado 8.241 estudiantes que dejaron de asistir a las clases virtuales, tampoco se han reportado con sus correspondientes trabajos, entregados por medio de guías y cartillas, ni se han comunicado vía WhatsApp, que es el medio a través del cual se complementan las clases en distintas partes del país. Según la Secretaría de Educación, Alexandra Ruiz, a través de censos, encuestas y seguimientos, ya se han encontrado a 3.000 de los 8.000 estudiantes que continuarán con el proceso educativo.
Esta sigue siendo una alarmante cifra analizada únicamente en ciudades como Medellín.
Como forma de aliento, el Colegio Bilingüe Hispanoamericano de Bogotá, ha lanzado un proyecto musical, hecho por sus mismos estudiantes desde sus hogares, en donde envían un mensaje de fortaleza y resiliencia que invita a no dejar de estudiar, a pesar de cualquier adversidad.
También es un llamado a los padres de familia, para que continúen dando su mejor esfuerzo e impulsando a sus hijos en este camino que, sin duda, ha sido complejo para todos, pero no por ello se deben de frenar los sueños y los procesos de cada niño.
