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Usted lo escucha, ellos lo viven

“Apreciamos tu labor, pero mejor no vuelvas”, esta es una de las frases más duras de oír o leer en estos tiempos y más para las personas que se entregan completamente a su labor, que se esmeran por permitir que las familias puedan ver a aquella persona que ha caído en enfermedad y abrazarle nuevamente.

Por: Ramírez López Juan David

Maritza Chacón Ávila es una enfermera con 35 años en esta labor, ella, al ver la situación con el virus ha decidido tomarla con calma, pues se ha enfrentado a otras enfermedades altamente contagiosas como el VIH, el H1n1 y la Influenza a lo largo de su carrera,  es por esto que decide tomar con calma la situación para seguir con sus labores, sin embargo la mayoría de la gente no se toma la situación con esta tranquilidad y por temor actúan de maneras muy inconscientes, acciones que se convierten en anécdotas como la que nos cuenta Maritza:

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“Un día me sentí incomoda y me eché mis lágrimas en el conjunto donde vivo, pues pusieron un letrero en la puerta de mi apartamento el cual yo no vi, luego timbraron y  salí a ver porqué y no vi a nadie, después de eso me llega un mensaje de una vecina diciendo ‘viste lo que te pegamos Mary, te queremos admiramos tu profesión’ entonces yo pensé ¿Por qué me están poniendo esto?, cuando salí vi el cartel que tenía la intención de básicamente comunicarme que no volviera ya que yo podría contagiar a las personas que viven allí y resulta que en el conjunto hablan sobre como yo y otra muchacha que también es personal de salud vamos a contagiar a todos los del conjunto, solamente pensé en la ignorancia de la gente y les dije ‘no estoy enferma, soy enfermera’”.

En ese momento fue cuando de verdad me sentí discriminada y es algo que todavía pasa, por ejemplo, una señora mayor se aterra al verme y me evita, por acciones como esa ya no uso el uniforme blanco de enfermería, el cual solo uso ahora en la clínica y decidí comprarme uno azul el cual uso fuera de la clínica para evitar este tipo de discriminación”.

“Sin saberlo me he despedido para siempre”

La doctora Ivonne, una persona muy cordial quien tuvo miedo por la situación pero que decidió aceptarla y actuar con más calma, lo cual le permite realizar su trabajo de una mejor manera y también más humana, pues decide siempre ser educada y saludar, también suele preguntar por el estado del paciente y realizarle preguntas de rutina directamente a los pacientes preguntas como: ¿Cómo está? O ¿cómo le ha ido? Preguntas que son respondidas y que permiten hacerse una idea del estado del paciente, sin embargo, no siempre podemos saber que va a ocurrir y a veces damos algo por hecho solo por ver que la situación está aparentemente bien, sin embargo, la vida puede darnos sorpresas como la muerte de personas que creíamos iban a salir de su enfermedad, y que dan como resultado historias como las que nos comparte la doctora Ivonne:

“He tenido pacientes que sin saberlo me he despedido porque yo los veo mejor, les digo que van a estar mejor pero al otro día me comentan que ese paciente ha fallecido y eso ha sido lo más difícil, ver como los pacientes se van, por ejemplo, recuerdo a una paciente joven en el hospital de la policía, falleció cuando iba mejor y todos en el servicio estábamos felices al ver su recuperación, pero falleció de un paro y dejó a unos niños pequeños, historias como esta que se ven al día a día nos impactan pues uno no es de palo para no sentir esto, es duro ver como la personas se van y es por esto que uno valora más la vida y se sensibiliza con estos temas haciendo que valoremos más la salud”.

Sin embargo, estas anécdotas no solo se quedan en pacientes pues también vemos los casos de la pérdida de personal médico, personal que gracias a los lazos laborales se convierten en colegas y amigos los cuales también pueden ser alcanzados también por el Covid:

“Es impactante ver como a veces el cerco epidemiológico esta tan cerca de uno, ver como los colegas se contagian, ver como alguno sale y como otro muere. Me impacto mucho un día que murió la camillera, ella siempre me llevaba los pacientes a otorrino y de repente un día no llego, yo me  pregunte ¿qué le paso?, solo para enterarme de que estaba en una unidad de cuidado intensivo, me impactó mucho porque era una camillera muy alegre que siempre llegaba y me decía: ‘doctora ahí se lo dejo para que lo vea” lo cual era muy chistoso por la forma en la que lo decía, ya no verla más es difícil y también es complicado el echar de menos a otros compañeros que ya no veremos nunca más’”.  

“No hay día en el que uno no recuerde que está expuesto al virus”

También tenemos casos en los cuales el temor no es solo por la muerte, sino por saber que uno puede contagiar a los demás como ejemplo tenemos el punto de vista del doctor Víctor Hernández Alarcón, quien nos comparte como para él ha cambiado la situación tanto laboral como familiar.

“El hecho de llegar a un hospital grande donde sabe uno que hay casos de hospitalización de pacientes complicados asusta, también afana el hecho de saber que hay pacientes asintomáticos pero que pueden transmitir la enfermedad, sin duda alguna la parte social ha cambiado muchísimo, pues somos una sociedad de abrazar, saludar y compartir momentos como ir a comer o tomar algo para desesterarse, cosas que ya no podemos hacer cosas y que marcan mucho el parecer de la situación, llegar a tu casa también es otra historia el llegar pensando en que puede contagiar a alguien, por eso debemos seguir los protocolos de bioseguridad, con la finalidad de proteger a los que más amamos y a los demás, saber que debemos dejar de ver a nuestras familias y parientes también es muy difícil pues sabemos que al exponernos los exponemos”.

“En el ámbito laboral también cambia mucho la situación, pues con los colegas debemos respetar los protocolos, ya que el virus es muy sorpresivo por ejemplo ver un paciente y enterarse con los días que el paciente da positivo para Covid y empezar a sentir la zozobra de saber si realmente uno es portador o está infectado”.

Con estas anécdotas se evidencia cómo la gente del servicio hospitalario ve la realidad, y cómo han tenido que aceptar estos cambios que ha traído la pandemia, es de admirar como a pesar de las dificultades se reinventan y aceptan la situación para seguir con su labor y para plantarle cara al virus, ver como a pesar de los sentimientos de temor, incertidumbre, la falta de empatía de la gente y las muchas situaciones vividas siguen adelante, entregándose a su labor y persistiendo ante las adversidades, es algo increíble y nos muestra como los doctores también son humanos pero que a diferencia del común hacen el esfuerzo de salvar gente como usted, como yo y como ellos.

| Nota del editor *

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