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Víctor Carranza, un hombre contradictorio fuera de los negocios

Sus colegas y compañeros decían: “por donde pasa Víctor sale una gema”. Se volvió uno de los esmeralderos más importantes y famosos de Colombia.

Por: María Alejandra Sarmiento Rojas

Víctor Carranza fue esmeraldero y empresario desde muy joven. Siendo solo un minero se introdujo en el comercio de las esmeraldas, y en 1954 comenzó con la explotación de minas en San Juan, Boyacá y años después en los municipios de Buenavista y Peñas Blancas. Sus colegas y compañeros decían: “por donde pasa Víctor sale una gema”. Se volvió uno de los esmeralderos más importantes y famosos de Colombia. Uno de sus mayores logros fueron La Fura y La Tena, nombres que les dio a sus esmeraldas más grandes, que suman 15 mil quilates.

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Hoy en día, estas esmeraldas se encuentran en el Museo Smithsonian de Washington donde son exhibidas. Sus nombres son homenaje a una leyenda muisca. Carranza Falleció a los 77 años el 4 de abril de 2013, por un cáncer de próstata. Un año después Discovery Channel realizó un documental acerca de su vida que fue transmitido por Caracol Televisión.

Pablo Lara (amigo): ¡Ay mija! Yo era el presidente de la junta de aquí de Briceño; me acuerdo que él tenía su finca aquí, llamada El Sucre. Yo lo buscaba porque Víctor era un hombre solidario: cuando se realizaban los eventos de la junta, o se necesitaba arreglar algo, o les celebrábamos el día a los niños, él era el primero en colaborar, ya fuera con dinero o con los regalos faltantes; incluso nos íbamos con él a la tienda de don Arístides: ¡que pecadito! allá Víctor y yo nos sentábamos a tomarnos nuestras politas, yo casi no le preguntaba de las esmeraldas porque esos temas eran complicados, pero sí le preguntaba por sus fincas y por su ganado, porque el trabajaba con esmeraldas y con ganado en sus haciendas: a mí siempre me ha interesado eso de los ganaderos. Sí mija, un hombre muy humilde, colaborador con las personas y con las comunidades por donde se desplazaba. También recuerdo cuando Marlencita me preguntaba por qué veía ese helicóptero cerca, y yo siempre le respondía: “allá va llegando el Víctor”.

Anatilde Lara (amiga): Víctor Carranza perteneció a la mafia de esmeraldas, eso mataban a otros esmeralderos por las rutas donde transitaban: los esperaban por el camino y los mataban y robaban su mercancía, ¡una cosa tenaz! Siempre llegaba en helicóptero a la finca que tenía en El Sucre. Incluso me acuerdo una vez en Bogotá en la calle 94: estábamos comprando unas cosas, cuando sentimos un golpe que nos levantó del suelo; pues resultó que era una bomba. La cosa apareció en noticias: nosotros fuimos a mirar y todos estaban hablando que era una bomba puesta por Pablo Escobar, pero no, en realidad había sido puesta por los Carranza en contra de Ganaderías Nare.

Pero él no solo estaba en el comercio de las esmeraldas, también cultivaba maíz para sacar la caña para las vacas y el ganado, y las mazorcas se las regalaba a los habitantes que vivían cerca de la hacienda El Sucre, incluso esas personas tenían casa gracias a que Víctor las había construido para la gente del pueblo: él les traía mercado cuando algunas familias pasaban hambre, muy humilde el hombre, lástima que estuviera metido en tanta cosa.

Edward Riaño (trabajador): El señor Víctor carranza no solamente era un esmeraldero, era un ganadero muy reconocido, tenía muchas tierras en los Llanos Orientales, en Casanare, Vichada, Magdalena medio, tenía muchos bienes. ¿Cómo lo describiría yo? Era una persona, digamos comprometida con la comunidad, es decir, hacía obras sociales, de pronto no todo el mundo lo reconoce, pero si, donde él tenía sus bienes se hacían obras sociales. Por ejemplo, en diciembre, había novenas donde mucha gente iba, comía, compartía y salía con su regalito todas las noches. Se hacían también obras sociales y primeras comuniones masivas: él lesdaba la comida, les hacía una especie de evento o celebración. Había personas que lo querían, había personas que no, eso iba en cada uno, pero era una persona bastante comprometida con la gente.

Para mí fue una persona correcta, colaboradora, que como todos los seres humanos cometió errores, con problemas, con culpas, pero era una buena persona, yo lo tengo en ese concepto. Le decían el zar de las esmeraldas, y en una región de Boyacá lo querían mucho, porque había sido parte fundamental, con otros socios, como mediadores que llevaron la paz a esa zona. 

Víctor Carranza dejó cosas buenas en las comunidades donde tenía sus bienes; muchas personas le agradecían y lo querían por ser buen ser humano. Sobre sus relaciones con el narcotráfico, algunas personas comentan que sí, pero esto seguirá siendo un misterio para muchos habitantes de su región de origen. Aunque haya sido un hombre humilde, hay documentos que muestran su participación en el mundo de las guerras, del narcotráfico, del paramilitarismo y demás, pues Víctor no fue investigado por los delitos de los que se le acusó, lo que quiere decir que nunca recibió condena. En una columna de la revista Semana, dice que Carranza era un hombre intocable, que sobrevivió a los atentados de sus enemigos, aunque él también se armó y tomó partido en la guerra, y lo irónico es que murió de cáncer y en completa impunidad. Muchos de sus socios y amigos tuvieron que pagar un costo por estar de lado de los Carranza

| Nota del editor *

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