La huella de carbono que se despende de la dinámica vida en la ciudad, se puede entender desde lo más sencillo, una casa. Su construcción requiere de un terreno, un suelo que perderá sus propiedades para producir alimentos y que nunca más se podrá recuperar. Los ladrillos y demás materiales que se produce a partir de canteras, areneras y otros fuentes de minerales afectan el entorno de forma drástica.
“Según datos que se generan relacionados con la explotación minera de Bogotá, alrededor del 98% de los materiales de construcción que se utilizan en Bogotá, provienen de la cuenca del río Tunjuelo, al sur de la ciudad”, aseguró el antropólogo Miguel Ángel
Las diferentes actividades cotidianas que realizamos en la ciudad produce un constante consumo energetico y aunque las energías renovables comienzan a ser utilizadas, aún no son masivas tanto en los lugares de habitación, centros laborales o en los sistemas de transporte público y privado. Cada hogar es responsable de producir hasta 5 toneladas anuales de desechos que conteribuyen de forma directa al aumento del efecto invernadero.
Los fuertes problemas de salud que vive actualmente Bogotá obedecen a la contaminación masiva del aire, la perdida de la capa vegetal y desafortunadas políticas de desarrollo de la urbe, que no responden necesariamente a la coyuntura mundial de la crisis ambiental.
En el programa “El Último Café” conversó sobre este tema el antropólogo Miguel Ángel Julio y Carlos Cantor, en UNIMINUTO Radio.