Por: Pablo Luna, Linda Pulido, Lorena Martinez
Dentro de los múltiples problemas que tiene el sistema de salud en Colombia, uno que se discute y causa repercusión, son los trastornos de salud mental, que según la ley 1616 de 2003 se define como: “un estado dinámico que se expresa en la vida cotidiana a través del comportamiento y la interacción de manera tal, que permite a los sujetos individuales y colectivos desplegar sus recursos emocionales, cognitivos y mentales para transitar por la vida cotidiana, para trabajar, para establecer relaciones significativas y para contribuir a la comunidad”.
Entre las enfermedades de salud mental se encuentra: trastornos depresivos, trastorno bipolar, de ansiedad, obsesivo-compulsivo, disociativos, de alimentación y cerca de 12 tipos más. Barrer, H. Alvaro. Médico psiquiatra de la fundación Santa fe de Bogotá, dice: Son un conjunto de signos, de síntomas y cambios en el comportamiento, que se producen por una consecuencias de una disfunción cerebral, que es una disfunción funcional, generalmente en el funcionamiento del cerebro más que en la estructura del cerebro, y que en la mayoría de los casos, un elemento genético es muy importante.
Según un Estudio Nacional realizado en Colombia de la Salud Mental, un 40,1 % de la población colombiana entre 18 y 65 años ha sufrido, están sufriendo o sufrirán alguna vez en la vida un trastorno psiquiátrico diagnosticado, siendo el trastorno de ansiedad quien encabezan la lista con un 19.5%, seguido del estado de ánimo con un 13,3% y control de impulso con un 9,3 %.
Sin embargo, actualmente no existe una manera biológicamente sólida de hacer la distinción entre normalidad y anormalidad mental, tampoco se conocen claramente todas las causas de los desequilibrios en este campo.
Mundialmente, se aceptan dos clasificaciones de trastornos y problemas mentales (CIE-10 y DSM-V) que orientan a los especialistas en la identificación de cuadros clínicos y definición de diagnósticos, que atienden diferentes aspectos, tales como: duración, coexistencia (mezcla), intensidad y afectación en la funcionalidad de quien lo padece; es decir; su desempeño en lo cotidiano.
En cuanto a economía referente a este trastorno, la ley 100 de 1993 señala los principios de equidad, obligatoriedad, protección integral y calidad como pilares del régimen de seguridad social.
Sin embargo, los servicios y programas de salud mental son muy limitados y son pocos los recursos destinados directamente a ellos, además, no existen datos publicados sobre los costos económicos del trastorno mental en Colombia; y hablando globalmente, el número medio de trabajadores de salud mental es de 9 por cada 100.000 habitantes, haciendo que a estos individuos no se les preste la atención y tratamiento adecuado. El ciudadano Ramírez, Pablo. Trabajador de la empresa de medicamentos Chalver, menciona lo siguiente: Recursos para la salud sí hay, en este país hay recursos para todo, pero desafortunadamente, estamos en un país donde la corrupción campea, quitándole recursos al medio de salud, haciendo que las EPS los tengan de un lado a otro para no tratarlos como se debe, porque son enfermedades muy caras y de por vida, hasta que el paciente muera.
Las EPS lo único que hacen es brindar lo básico, que son los medicamentos, inyecciones y una que otra cita para controlar las recaídas. A pesar que varias personas tienen acceso a la salud, muchos sufren al momento de buscar ayuda respecto a la salud mental, este es el caso de Janeth Cubillos quien tiene un hijo que fue diagnosticado a los 4 años con TDAH (trastorno de déficit de atención e hiperactividad) y su EPS (La policía Nacional) no le daban citas, ni controles a tiempo “me tocó buscar una psiquiatra particular porque la EPS yo llamaba y me decían que no tenían agenda”; en este caso se puede ver qué debido a la negligencia de algunas entidades de salud muchas personas se ven obligadas a pagar médicos aparte para que traten a sus familiares.
En este punto, los recursos de gasto en salud mental son limitados. Según las cifras, los niveles de gasto público en salud mental representan menos de 2 dólares per cápita en los países de bajos y medianos ingresos (lo que equivaldría a 1,82 euros) y más de 50 dólares en los de ingresos elevados (unos 45,75 euros). Adicionalmente, el ministro de Salud y Protección Social, Juan Pablo Uribe Restrepo, en el año 2018, presentó la nueva Política Nacional de Salud Mental, que busca promover la salud mental como un derecho individual, familiar y colectivo, esto, en respuesta a que la depresión es la segunda causa de enfermedad, siendo el trastorno más frecuente en adolescentes, jóvenes y adultos, principalmente entre las mujeres, así como el incremento de las tasas de suicidio, pasando de un 4,4 en 2013 a 5,07 por 100.000 habitantes en 2016, y de intento de suicidio; de un 36,1 en 2016 a 52,4 por cada 100.000 habitantes en 2017. Alvarez, Estefania, egresada de la universidad Minuto de Dios en el campo de psicología dice: El tema de la salud mental en Colombia es un tema difícil.
Estudios han revelado que temas como la depresión en adolescentes y adultos, ha aumentado por temas de depresiones mayores; depresiones por situaciones específicas; el tema del cutin en los niños a aumentado significativamente en suicidio. Esto, debido a diversos factores, entre ellos, la tecnología, las pautas de crianzas que hay en la familia. Lamentablemente para que te den una cita por psiquiatría, demora entre 6 meses, y para que te atienda y remitan con el psicólogo, son otros 6 meses, sabiendo que el proceso se debe hacer al menos dos terapias por semana. Las prioridades sociales que hay en los políticos de turno, por decirlo así, lo han enfocado hacia el tema de la pobreza, al bienestar, pero no desde un bienestar mental, lo que realmente hacen es un tema correctivo más no preventivo, que es lo que se debería hacer, tanto en niños, adolescentes y adultos mayores.