Colombia es un país donde constitucionalmente se dice que la educación es un derecho, sin embargo, se puede evidenciar que el adulto mayor hace parte de una población que tiende al analfabetismo. Según el Dane, el 5,96% de los colombianos en edades quinquenales no saben ni leer ni escribir, acorde con el censo nacional de población y vivienda del 2018.
Ante esto, se han venido implementando programas de alfabetización nacionales y regionales para contrastar con esa situación:
Por ejemplo, el Programa Nacional de Alfabetización del Ministerio de Educación pretende “lograr que los jóvenes mayores de 15 años y adultos iletrados reciban un proceso de formación en competencias básicas de lenguaje, matemáticas, ciencias sociales y naturales, y competencias ciudadanas”.
También, en el departamento del Quindío, la Secretaría de Educación Departamental presenta su plan de Educación para la Inclusión de Nuestro Adultos, con el objetivo de “brindar elementos pedagógicos a la población analfabeta que les permita la realización de procesos de codificación y decodificación en relación con las experiencias de la vida cotidiana”.
En el municipio de Soacha, Cundinamarca la Secretaría de Educación Municipal cuenta con Alfabetización MEF A crecer para la vida con docentes de planta global, que busca “formar personas productivas y ciudadanos participativos que identifiquen e intervengan de forma significativa en los procesos cotidianos, personales, familiares, de su comunidad y su medio ambiente”.
Tumaco, Cauca y Nariño, con sus respectivas Secretarías de Educación cuentan con el Modelo Etnoeducativo para Comunidades Negras del Pacífico Colombiano que procura “alfabetizar a 1.500 personas en cinco municipios de los departamentos de Nariño y Cauca”, promoviendo “la vinculación de toda la comunidad educativa, de los territorios colectivos para población Afro”.
Es así como la alfabetización de adultos mayores se convierte en una apuesta importante en Colombia, para cumplirles con el derecho constitucional que tienen a la educación, fortalecer sus habilidades comunicativas a través de la participación activa en procesos de formación y aportar elementos indispensables (como la lectura y la escritura) para la concreción del proyecto de vida.