“¡Chusco ese coscorrón, ala!” Pero, ¡no: muy feo fue!

“Chusco, ala“, dos términos de los “rolos” tradicionales que usó en su más reciente columna el cineasta Lisandro Duque, en El Espectador del domingo 19 de marzo.

Una crítica contundente al ahora conocido coscorrón, que le propinó el hoy exvicepresidente, (al parecer candidato) Germán Vargas Lleras, a uno de sus guardaespaldas porque sin culpa lo pisó.

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Una crítica contundente a cómo el abuso deautoridad se acepta, e incluso puede causar hilaridad.

No. De ninguna manera. En el diálogo de la sección de opinión de En medio del trancón, recordamos también otros hechos recientes: la golpiza de Hernán Darío Gómez, “bolillo”, a una mujer en un bar de Bogotá.Y, el maltrato físico del  jugador, Pablo Armero a su esposa.

No, no, y no.

Esos comportamientos no se aplauden. No causan risa. No debemos mantenerlos. Es cierto que con frecuencia hacen parte de la cultura, pero No.

No pueden permanecer en el cotidiano social.

Qué tal, pensamos esta mañana, que el escolta le hubiese propinado un coscorrón a su jefe por pisarlo. ¡Qué tal!. Pues nadie se hubiese reído, y el escolta más hubiese demorado en alejar su mano, que en ser despedido sin prestación ni preaviso.

Por tanto, y en contravía de otras muchas voces que han disminuído la importancia del hecho, y reconociendo que tanto Vargas Lleras como el “Bolillo” Gómez ofrecieron disculpas, por presión social o por convicción, estos hechos no son aceptables.

Por tanto, compartimos el final de la columna de Duque:

“Darte en la cara marica”, “yo tengo unos manes tablúos aquí. Yo te puedo hacer la vuelta”, “en ese parque no vive gente, solo indígenas”, y el actual hit del coscorrón, constituyen una muestra del léxico político que viene construyéndose hace rato ya, con estatus presidencial, y con tal frenesí de las masas —porque definitivamente son masas, y lo digo sin cariño— uribistas, vargaslleristas y cristianas, que indudablemente harán de la campaña electoral un evento de fervor lumpen, homofóbico, misógino, belicista, estilo concierto de Silvestre Dangond o de Maluma. Habrá mas hojas de cuchillos que de vida”