“Los Derechos Humanos, incluido el derecho más básico,derecho a la vida, son universales y están ratificados por la inmensa mayoría de países en el mundo. El poner fin o no a la pena de muerte es un tema que desde los primeros siglos ha generado controversia y a la vez diversas conclusiones partiendo de la religión puesto que no es consecuente con la misericordia, la compasión y el perdón que remarca una arraigada posición fomentada en el Antiguo Testamento y que luego para el cristianismo expondrían grandes referentes en torno a la teología y la filosofía como San Agustín de Hipona y Santo Tomás de Aquino”. A partir de esta reflexión, el estudiante de Comunicación Social en UNIMINUTO Neiva, Alejandro Polanco, desarrolla una profunda reflexión teniendo como base el caso mediático de Melissa Lucio.
¡FILOSOFEMOS ¡ ¿FUNCIONA LA PENA DE MUERTE?

Por: Alejandro Polanco
A propósito de la primera mujer latina en ser condena a pena de muerte en Estados Unidos y el rechazo que esta decisión ha causado en la comunidad hispana residente en dicho país y que ha sido portada de diarios y noticieros tras ser acusada de asesinar a su hija de dos años en el 2008.
Melissa Lucio, encarcelada en Texas rural (Estados Unidos), ha atraído la atención de numerosas organizaciones, expertos y legisladores, que insisten que las autoridades están a punto de ejecutar con la inyección letal a una madre latina que presuntamente es inocente de matar a su hija de dos años, porque la niña no fue víctima de un crimen, sino de un accidente.

Melissa llega a dicha instancia, aseguran sus abogados, como resultado de una visión policiaca sesgada desde el primer momento de la investigación, que llevó después a que los agentes la interrogaran agresivamente durante cinco horas y sin la presencia de un abogado. Joe Moody congresista republicano afirmó que “ejecutar a Melissa no va a dar paz al resto de sus hijos, sino que causará más dolor y sufrimiento”. “Este caso muestra que no se puede confiar en la pena de muerte”.
Ahora bien, los derechos humanos, incluido el derecho más básico, como el derecho a la vida, son universales y están ratificados por la inmensa mayoría de países en el mundo. El poner fin o no a la pena de muerte es un tema que desde los primeros siglos ha generado controversia y a la vez diversas conclusiones partiendo de la religión puesto que no es consecuente con la misericordia, la compasión y el perdón que remarca una arraigada posición fomentada en el Antiguo Testamento y que luego para el cristianismo expondrían grandes referentes en torno a la teología y la filosofía como San Agustín de Hipona y Santo Tomás de Aquino los cuales no ocultaron su desdén por esta posición sin embargo primaba el bienestar de la comunidad que debe ser protegida evitando que una manzana podrida eche a perder las demás, además siendo así la pena capital también una forma de control más adelante ejercida por reyes, emperadores y demás entes de poder en la antigüedad los cuales sobreponían un bien común.
Esto encierra y constituye una amplia visión de lo que la pena de muerte desde los inicios de construcciones sociales ya significaba siendo concebida y aceptada como la manera correcta por así decirlo a la hora de impartir justicia, posteriormente la modernidad le da un giro a esta concepción y la actualidad lo rectifica entrando en una nueva etapa de discusiones y polarizaciones que se entrelazan una vez más la política, religión y justicia.
Se creía que la implementación de la pena de muerte reducirá la delincuencia y fueron muchos gobiernos que se apresuran a promover esta creencia, incluso sin existir pruebas que la respalden. Generalmente no se comprendían los factores fundamentales que sustentan la forma como se aplica la pena de muerte, entre ellos, el riesgo de ejecutar a una persona inocente, la ausencia de garantías en los juicios y discriminación en su mayoría llevó a los gobiernos a ser claros en lo que concierne a esta información, y promoviendo el respeto por los derechos humanos a través de programas de educación pública entonces, los debates significativos sobre la pena de muerte se promulgaban con más fuerza. Aún así, la decisión de ejecutar a una persona no la tomaba la opinión pública ya que son los gobiernos los encargados de trazar el camino.
Por su aparte es la Iglesia Católica en el siglo XX por medio del CIC (Catecismo de la Iglesia Católica) recordaba que si de ser necesario la pena de muerte se recurriera a esta en caso extremo y a falta de un arrepentimiento del que cometió la falta; esto también cambaría en el año del 2014 pues sería el mismo papa Francisco quien se mostraría preocupado y exhorto con vehemencia, y de una vez por todas a tener claro que nadie tiene la autoridad política, social y religiosa de quitar la vida es por ello que presenta argumentaciones fiándose del principio y del ejemplo dado de la misericordia que Dios siempre ha mostrado para con todos.
Es difícil generalizar una idea tan clara desde una lógica propia para unos y no tanto para otros y es por esto que de dos maneras se busca inferir a usted lector que a consciencia saque por sí mismo las ideas que le ayuden a entender mejor algo tan diversificado pero que desde el ojo crítico del escritor mi posición no es otra que la contraria, considerando que los Estados con frecuencia recurren a la pena de muerte tras producirse ataques violentos, con lo que pretenden demostrar que hacen algo para “proteger” la seguridad nacional. Pero es improbable que la amenaza de ejecución detenga a hombres y a mujeres preparados a morir por sus creencias, esto como ejemplo, pero el precedente aquí es un sistema de justicia que valora más el castigo que el cambio, mientras una persona privada de su libertad siga con vida, él o ella es posible la esperanza de la rehabilitación de dicho individuo. Además, todas las formas ejecución son inhumanas.
A menudo, se defiende que la inyección letal es un método más humano porque parece menos cruel y salvaje, al menos superficialmente a otras formas de ejecución como la decapitación, la electrocución, la cámara de gas o el ahorcamiento usados en siglos pasados. pero la verdad es que la búsqueda de una forma “humana” de matar a una persona debería verse como realmente es: un intento de hacer que las ejecuciones sean más aceptables para el público en cuyo nombre se realizan, y que los gobiernos que ejecutan parezcan menos asesinos, en lo que me concierne una sociedad que ejecuta a delincuentes está cometiendo la misma violencia que condena.

Referencias El colombiano. (04 de abril de 2022).la historia de la primera mujer latina que recibiría la pena de muerte en EE.UU. https://www.elcolombiano.com/internacional/melissa-lucio-lalatina-que-recibiria-pena-de-muerte-en-texas-estados-unidos-CA17173375
Vatican.va (1992) Catecismo De La Iglesia Católica. Lumen. 1a. Ed. Montevideo.
https://www.vatican.va/archive/catechism_sp/index_sp.html
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