El 28 de noviembre de 2016, el avión se estrelló minutos antes de aterrizar en el aeropuerto del municipio Rionegro; hecho ocurrido, al parecer por un descuido por parte del piloto de la aeronave de propiedad de la empresa LAMIA.
Dos años después de esta tragedia, lo único que queda en aquel cerro donde se estrelló el vuelo 2933 en tierra antioqueña, es cruces de madera, basura y fotos.
De las 77 personas que se transportaban en el avión, 6 personas quedaron con vida, entre ellas, tres jugadores de Chapecoense (Jackson Follmann, Alan Ruschel y Helio Zampier Neto), el periodista Rafael Henzel, y los miembros de la tripulación Erwin Tumirik y Ximena Suárez, sobrevivieron al vuelo.
Según las denuncias que realizó la Asociación de familiares y amigos de las víctimas del vuelo de Chapecoense, ellos todavía no han cobrado la indemnización, algo que sí sucedió con los tripulantes que sobrevivieron al accidente.
El 15 de diciembre del año 2017, el Consejo de La Unión aprobó cambiar el nombre del cerro Gordo, el cual tendría como nombre Chapecó, pero en palabras del presidente de esta corporación, Diego Tibaquira, aparte de afectar el Plan de Ordenamiento Territorial para que en el sitio de la tragedia se haga un monumento (que aún no se construye), no existen más iniciativas relacionadas con el tema.
Algo muy curioso es que varias personas que viven cerca a la zona donde ocurrió la tragedia, todavía conservan partes del avión en algunas de sus viviendas, así como Albeiro Valencia, quién conserva el balón con el cual iban a disputar la final, este fue un obsequio que le dieron las autoridades por su colaboración frente a esta tragedia.
Por otro lado el equipo de fútbol de Antioquia Atlético Nacional, también se sumó al homenaje que se le realizó a los jugadores de Chapecoense, con una frase muy llamativa “ Hoy y Siempre Juntos”