El parque Simón Bolívar recibe no solo a los bogotanos, en la versión número 20 del festival de salsa, a la ciudad también han llegado asistentes de diferentes regiones del país, entre los que se cuenta una delegación de profesores provenientes del departamento de Caldas y que son amantes de la salsa, no son solo educadores, son también representantes de cuatro comunidades indígenas.
La conjugación de los ritmos de la salsa, los artistas, los asistentes y el ambiente natural del parque metropolitano son, –según ellos-, la mezcla perfecta para realizar sanación espiritual con la ayuda de un instrumento musical de percusión, la güira. “Estabamos sanando a la gente, inclusive todo el país merece sanación, la salsa, la música, el folclor y el arte nos llevan al camino de la paz” puntualizó Anibal Álzate director de la delegación caldense.
El Festival Salsa al Parque, en su edición número veinte, espera superar en asistencia al festival del año inmediatamente anterior, en el que más de 54.000 asistentes bailaron y se contagiaron del ritmo afrocaribeño en los 2600 metros de altura de Bogotá.