La concisa resolución fue aprobada gracias a la coalición entre los bloques socialistas, demócratas, Renovar Europa, la Izquierda Unitaria y los verdes del parlamento comunitario, obteniendo una arrolladora votación de 429 votos a favor, 225 en contra (de las bancadas del Partido Popular Europeo, los conservadores, reformistas e Identidad y Democracia de la ultraderecha) y 19 abstenciones) y 19 abstenciones.
El documento, que decreta la emergencia ambiental, también le ordena a la Comisión Europea, a los países miembros y a los organismos internacionales llevar a cabo “acciones concretas necesarias para luchar y contener esta amenaza antes de que sea demasiado tarde” además de exigirle al máximo estamento del bloque comunitario que “evalúe completamente el impacto ambiental de todas las propuestas legislativas y presupuestarias relevantes” y que estas se organicen con el objetivo de reducir el calentamiento global a menos de 1,5 grados.
Así mismo, se acordó elevar la meta de reducción del monóxido de carbono en toda la Comunidad, que permitía inmodificado desde 1990. Del actual 40% se elevó la meta al 55% de ahora en adelante.
Esta iniciativa no estuvo exenta de polémica en el hemiciclo europeo, ya que para el bloque de conservadores el llamado a la “emergencia” pretende generar miedo y zozobra entre los ciudadanos europeos, mientras que los nacionalistas y ultraderechistas consideran que el esfuerzo europeo será en vano ante la falta de interés en el tema por parte de las superpotencias mundiales como la Rusia de Vladimir Putin, la China de Xi Jing Ping o los Estados Unidos de Donald Trump.
La bancada verde de la Eurocámara, aunque celebró este gesto por parte de los eurodiputados, se mantendrá escéptica ante la implementación de este documento. Esta colectividad buscaba insertar un proyecto que creará un Acuerdo Climático vinculante que comprometa a todos los países del continente a reducir sus emisiones de carbono al 65% antes del 2030, el cual fue rechazada de inmediato, por lo que optaron por unirse a la propuesta de los socialdemócratas, socialistas y la Izquierda.
Del mismo modo, los diputados europeos llamaron a la nueva directiva de la Comisión Europea, que será presidida por la alemana Ursula von der Leyen, que todo lo planteado por el legislativo comunal se aplique y no se quede en buenas intenciones: “Será histórico si declaramos la emergencia climática, pero luego tendremos que actuar en consecuencia. Podemos declarar emergencias climáticas, pero la gente nos pide acciones, no declaraciones. Ya tenemos suficientes declaraciones vacías” afirmó a la prensa el vicepresidente de la Eurocámara, Bas Eickhout.