Según la página del Parque Científico de Innovación Social (PCIS) de UNIMINUTO, “una innovación social es una nueva solución a un problema o necesidad de una comunidad. Esta nueva solución puede ser un producto, un servicio, una práctica o un modelo de gestión que es más eficiente que la solución ya existente en esa comunidad. Se genera de manera participativa entre la comunidad y los investigadores, o es traída por los investigadores y adaptada al contexto de la comunidad. Es sostenible y puede ser escalable, replicable y llegar a generar cambios permanentes en la sociedad[1]. En este sentido, el programa de hoy buscó reflexionar acerca de innovaciones sociales, concretamente desde el campo educativo, como lo es la Universidad Minuto de Dios.
Para ello se contó con la presencia de dos invitados que han transitado por varios países del mundo con el objetivo de conocer y, a su vez, visibilizar iniciativas sociales que le apuesten a la trasformación de realidades desde proyectos de base. Justamente, el PCIS ha sido uno de los proyectos que esta pareja ha visitado, dejando gran expectativa por su carácter diferenciador y altamente innovador en temas de transformación social. Uno de los aspectos que más llamó la atención a la joven pareja fue que dicho proyecto estuviera anclado a un proyecto educativo, pues consideran que desde allí es que se pueden gestionar acciones de transformación profunda y mancomunada, creando alianzas estratégicas que fortalezcan estos proyectos y les lleve a producir impactos macro desde procesos micro.
Para la generación de nuevas iniciativas, el PCIS está promoviendo un concurso en el que los estudiantes de diferentes carreras de la Universidad, podrán poner en marcha sus propios proyectos, en donde aquel que resalte por su innovación e impacto social, contará con una serie de respaldos académicos y económicos para que su proyecto pueda trascender e implementarse con gran éxito. El concurso será llevado a cabo a nivel nacional y se postula como una gran oportunidad para aquellos estudiantes que sienten una gran vocación por lo social y que a sus ideas unen acciones concretas de transformación social.
Esto es de suma importancia para nuestros invitados, pues la investigación en abstracto o aislada no sirve. Lo que interesan son procesos participativos en los que las comunidades cuenten, en los que los estudiantes puedan llevar a la práctica su saber mediante una investigación situada, vivenciada, de contacto vivo y real con cada una de las poblaciones, mas allá de tecnicismos o análisis especulativos puros. Al respecto, el profesor Víctor rojas citó al gran pedagogo Sueco, Johann Heinrich Pestalozzi, quien en su momento afirmó: “que no abandone la madre esta tarea por las objeciones de aquellos que juzgan que el espíritu del niño es incapaz de todo ejercicio de este género, me atrevo a decir que los que alegan esta objeción, aunque puedan ser los pensadores más profundos o los más grandes teóricos no parece que tengan conocimiento práctico acerca del tema ni interés moral alguno por sus investigaciones, y yo por mi parte, confiaría más por el conocimiento experimental de una madre procediendo por ejercicios a los cuales se siente dispuesta por su amor maternal en ese conocimiento experimental, incluso de una madre analfabeta, confiaría yo más que en la especulación teórica de los más ingeniosos filósofos. Hay casos en los cuales un sentido sólido y un corazón ardiente ven más allá que una cabeza altamente refinada, fría y calculadora”.
De manera que, de la mano de la educación, de aquella que empieza en el hogar, donde se gana sensibilidad social y actitudes de solidaridad, y que luego se desplaza a las aulas de clase, es que se pueden gestionar acciones de innovación y trasformación social, tan necesarias para la construcción de un país distinto, un país en el que la creatividad y el trabajo en común nos ayude a visualizar un mundo en el que quepan muchos mundos.
[1] UNIMINUTO (2017). Parque de innovación social. Recuperado de: http://www.uniminuto.edu/web/pcis/innovacion-social