En materia de DD.DD., son alrededor de 140 desmovilizados los asesinados en este lapso. A ellos se suman los líderes y lideresas, que en número supera el medio millón de personas, según algunas de las cifras publicadas, pero, con variaciones dependiendo de la entidad que las realice.
Tampoco es amable la cifra de proyectos productivos que se adelantan a favor de quienes dejaron las armas, por cuanto, según Alberto Yepes, Director de la no gubernamental Coordinación Colombia-Europa-Estados Unidos, sólo están en marcha 24, varios de ellos por iniciativa y presupuesto logrados por los mismos desmovilizados.
En materia económica el país vive el índice de desempleo más alto de los últimos años. La situación general NO es favorable, y se anuncia la venta de bienes públicos, en paralelo a una corrupción que talla en el alma de la gente honesta y trabajadora.
Los logros posteriores a la firma del Acuerdo de Paz, echaron reversa: el paramilitarismo volvió por sus fueros y de nuevo se sufren asesinatos extrajudiciales, cabezas cargadas en costales, o, armas que son llevadas hacia la región de Urabá.
La situación es compleja, y se corre el peligro de volver a la guerra. O, de que el pueblo finalmente se canse, y se canse de verdad.
Pero hay quienes insisten en la paz, y por eso la invitación a participar en la marcha del 26 de julio, promovida por el movimiento, DEFENDAMOS LA PAZ, del cual hacen parte negociadores y parlamentos, como integrantes de ONG que se niegan a que la JEP, o la Comisión de la Verdad, u otras iniciativas para que Colombia llegue finalmente a ser un Estado pacífico.
Por fortuna en ello, se cuenta con algunos sectores internacionales, en especial europeos, como lo cuenta en el siguiente diálogo para UNIMINUTO Radio, Alberto Yepes: