Despedirse del icopor definitivamente para darle la bienvenida a materiales biodegradables, fue a la iniciativa a la que se sumó el Municipio de Nobsa, Boyacá, para permitir que el medio ambiente pueda recuperarse de los estragos que el uso de estos materiales y el ser humano le ha ocasionado.
El Municipio de Iza, reconocido por su arquitectura colonial y considerado como la capital nacional del postre, fue el primero en implementar esta estrategia, para servir de ahora en adelante los típicos postres en materiales biodegradables.
“El impacto que ocasionará la decisión será grande. Se utilizarán envases elaborados a base de almidón de maíz, que son biodegradables y se descomponen en 180 días (…) Estos se convierten en abono y nos permite servir un mejor alimento a los turistas que nos visitan. Incluso, los cubiertos también son biodegradables. Eso representa un aumento en nuestros gastos, pero lo más importante es el medio ambiente”, manifestó a los medios masivos, Clara Torres, presidenta de la Asociación de Postres de Iza.
El Municipio de Nobsa, famoso por la típica ruana, elaborada en lana de oveja, se unió a esta iniciativa, con la intención de eliminar por completo el uso de los plásticos, para reemplazarlos por materiales hechos con fécula de maíz, bagazo de caña o cartón, que son elementos que pueden ser utilizados en procesos de compostaje para la producción de abono.
Los dos lugares tienen como objetivos generales: primero, implementar el uso de los materiales biodegradables, debido a que el plástico tarda entre 100 y 1.000 años en descomponerse, y el icopor más de 10 siglos. Segundo, disminuir la cantidad de residuos sólidos urbanos que llegan al Relleno Sanitario Terrazas del Porvenir de Sogamoso, que recibe la basura de 43 municipios de Boyacá.
La medida tomada por estos dos municipios puede generar un mayor costo para los productores, pero en un futuro originará grandes riquezas ambientales para el país y el mundo.