El operativo se realizó en la noche de ayer en el sector de la Puerta de La Chapelle, ubicada entre París y Saint-Denis, en donde hizo acto de presencia la alcaldesa parisina Anna Hidalgo, el prefecto policial de la capital francesa Didier Lallement y de la región de Isla de Francia, Michel Cadot. Allí se desmontó un campo hecho por entre 600 y 1300 migrantes, que según información oficial obtenida por France 24 y la Deutsche Welle, fueron transferidos a centros de acogida y gimnasios habilitados para la recepción de los inmigrantes en el área circundante.
La mayoría de los migrantes provienen de Oriente Medio y el África Subsahariana, quienes han llegado a suelo francés sin documentos, buscando un asilo en la nación europea o ya con este beneficio, y que ante el cierre de varios campamentos de refugiados provenidos por el Gobierno del Eliseo, han optado por refugiarse en los puentes y viaductos de Paris, más específicamente en los del límite nororiental, que según informes del Ministerio de Interior, rondaría por los 3000 migrantes viviendo en condiciones que, según el prefecto Lallement, implica una condición de vulnerabilidad tanto para las personas que transitan por estas zonas como para quienes las habitan irregularmente.
El Ministro de Interior Christophe Castaner afirmó que estas operaciones permanecerán hasta el ultimo dia del año y que multiplicaran la presencia policial en el sector para evitar que los sitios recuperados vuelvan a ser repoblados. Esta acción hace parte de una agresiva estrategia del presidente Emmanuel Macron para frenar la desbordada ola migratoria que arriba a su país.
La medida ya ha sido reprobada por colectivos a favor inmigrantes, quienes le exigen a Macron para con lo que ellos consideran “un red de deportaciones ilegal”. A estas voces, se suma la del vicealcalde de la ciudad luz Emmanuel Gregoire, quien instó a que el gobierno, en vez de perseguir a los migrantes, les ofrezca opciones óptimas de vida para que puedan integrarse a la sociedad y aportar al crecimiento de Francia.