Como él, una gran mayoría de colombianos deseamos que con los acuerdos de paz, esta cruel realidad había desaparecido de nuestra manera de hacer control político y económico en el país.
Esta realidad no es nueva, solo que ahora, como muchas otras, el hecho de haber descalado la guerra con las entonces FARC, el control de los paramilitares y otros protagonistas de la guerra, daba la sensación de un cambio en el país. La verdad no es tal.
A traves de su trabajo y el de sus colegas que hacen el equipo de investigación del sitio “Pacifista”, valenzuela nos relata esa triste realidad de la violencia que se ha enquistado en nuestra sociedad, do0nde la muerte violenta e injustificada se ha naturalizado.
Hoy el 35% de los lideres amenazados en Colombia están en Bogotá, esperando una medida de protección colectiva que les garantice el derecho fundamental: la vida.
La máquina de muerte y la represión a lideres sociales sigue aumentando, debido a que no hay una verdadera voluntad política y el cumplimiento constitucional de la defensa de la vida, el derecho de opinar y defender los intereses regionales, que hoy en día se ven permeados por el narcotráfico internacional.
“Ejercer el liderazgo en territorios con instituciones estatales débiles, donde campea la corrupción y los clanes políticos que todo lo controlan, hacen complejo que el líder social pueda hacer la defensa de sus conciudadanos, del territorio y la autogestión para lograr más equidad y justicia social con la garantías que ofrece la Constitución” aseguró el periodista.
De esta y otras realidades de la expresiones sociales como la Minga Indigena del Cauca, conversaron en “El último café” Carlos Cantor, Angie Stacy Rodriguez y su invitado Santiago Valenzuela.