Antes de que entrara en vigor el cierre del Parlamento británico ordenado por el primer ministro Boris Johnson, el grupo legislativo logró que el día de ayer, la Reina Isabel II, monarca del Reino Unido, aprobará la ley con la que se ordena al Ejecutivo no retirarse de la Unión Europea sin lograr un acuerdo efectivo de retiro de ésta, que no perjudique a los británicos ni provoque inconvenientes con los europeos.
Temas como el caso de la frontera entre Irlanda y el territorio británico de Irlanda del Norte, la cual mantiene una frontera abierta y sin restricciones como parte de los Acuerdos del Viernes Santo que acabaron la guerra civil entre los bandos irlandeses católicos y norirlandeses anglicanos.
El premier Johnson desmeritó la nueva Ley de la Mancomunidad, afirmando que esto mina la capacidad de negociación entre los británicos y la UE, y aseguro que hará todo lo posible para cumplir con el cometido de retirarse del bloque comunitario el próximo 31 de Octubre.
“Vamos a alcanzar un acuerdo, y vamos a trabajar muy duro para llegar a un acuerdo (…) Estuve en Irlanda ayer hablando con nuestros amigos irlandeses sobre cómo hacerlo. Y vamos a ir a Bruselas y conversar con otras capitales europeas” dijo el Premier británico en declaraciones a la agencia Reuters.
Pero el parlamento no estuvo dispuesto a ceder ante las pretensiones de Johnson. Antes de que entrara en vigor el cierre parlamentario impuesto por el conservador al mando de Downing Street 10, la bancada laborista con el apoyo de los ‘tories’ disidentes hundió de nuevo la propuesta del Primer Ministro para adelantar las elecciones generales con una contundente votación de 293 diputados de la Camara de los Comunes en contra y 93 a favor.
A esto se le suma la renuncia del Presidente del Parlamento John Bercow, la cual se hará efectiva el día que la Gran Bretaña se retire de la UE y así mismo, se declaro en total disidencia con su partido, lo que demuestra que hay una fuerte división entre los conservadores por el tema de como definir el tema del ‘Brexit’.