El 29 de julio de 1525, el conquistador español, Rodrigo de Bastidas, arribó a lo que para ese entonces era la cuna de la civilización de los indios Tayrona, y cuyo nombramiento se originó en la santa que por esos días se recordaba: Santa Marta, como se llamó a la a ciudad más antigua de Colombia que hoy tiene 494 años.
Ciudad caribeña que, junto a Cartagena de Indias, registra el mayor número de turistas y que además, fueron calificadas por la Unesco como Patrimonio Histórico de la Humanidad.
Santa Marta guarda un legado cultural y de aquellos primeros fundadores poco se conoce. Tras su crecimiento, los indios Tayronas fueron empujados hasta la Sierra Nevada, y otros lugares que acogieron a los nativos, pero, sin embargo, casi 500 años después, los problemas para los habitantes de la Perla de América no cesan.
De los 370 barrios que tiene la ciudad, se estima que más de 180 están sin agua, lo que dificulta la realización de las labores diarias, llevando a las autoridades competentes a recurrir a carrotanques para suplir en parte la demanda del preciado líquido.
En abril, el exalcalde la ciudad, Carlos Caicedo, fue destituido por la Procuraduría General de la Nación, por presuntos hechos de corrupción en la contratación y ejecución de pozos subterráneos en Santa Marta, cuya finalidad era, precisamente, evitar una emergencia mayor en la ciudad a causa de la falta de agua.
Para el órgano de control, la administración de Caicedo, incurrió en faltas graves como por ejemplo, que no tuvo en cuenta los principios que rigen la contratación pública en la capital del departamento de Magdalena, lo que trajo consigo, detrimento al patrimonio de los samarios.
No obstante, Caicedo, quien es considerado por muchos como uno de los mejores rectores de la Universidad del Magdalena, ahora se encuentra aspirando a la gobernación, lo que es visto por sus contradictores políticos como una falta grave, teniendo en cuenta la destitución e inhabilidad del exrector para ejercer cargos públicos, aunque en muchas ocasiones el mandatario ha salido a desmentir los rumores de su inhabilidad en caso de resultar elegido como gobernador.
A la falta de agua en la ciudad, se suma el fuerte verano que por estos días azota al departamento, lo que ha provocado que arroyos y quebradas que surten los ríos Manzanares y Gaira, que a la vez son los encargados de surtir el acueducto han disminuido su caudal en un 37%, lo que agudiza la crisis de sus ciudadanos, quienes al final han terminado pagando los actos de corrupción de su clase política, ya que debido a la falta del preciado líquido deben recurrir a diario a comprar agua en tiendas y supermercados cuando antes era suministrado por los carrotanques, ahora insuficientes.