Por: Paula Natalia Castillo Velandia, Laura Sophia Gómez López y María Camila Gamboa Chávez
En 1976 Suecia se convirtió en el primer país en adoptar la libertad de prensa como un derecho, aunque este país no fue el primero en aplicarla, pues en Inglaterra a mediados del siglo XVII ya existía este concepto, pero fue hasta 1694 cuando este país adoptó una medida consistente en el otorgamiento de unas licencias controladas por el Gobierno que establecía qué se publicaba y qué no.
Con la unificación de Italia en 1861, se hizo público un estatuto que garantizaba el derecho a la libertad de expresión, que también contaba con algunas restricciones como la prohibición de publicar calumnias relacionadas con asuntos religiosos. En el caso de Alemania, esta libertad fue suprimida por el gobierno en 1933, pero en 1949 fue restablecida en el Artículo 5 de la Ley Fundamental expedida por el gobierno de entonces.
Según reporte de las Naciones Unidas, en 2023 todavía existen algunos países que no disfrutan de la libertad de prensa como Corea del Norte, Eritrea, Irán, Birmania, China y Turkmenistán. Por otro lado, la Comisión Interamericana de Derechos humanos (CIDH), catalogó a El Salvador como uno de los países donde los comunicadores sufren más acoso con 34 periodistas hostigados.
En 2023 la libertad de prensa continuaba presentando desafíos, tanto que fue catalogado como “el año negro de los periodistas”, pues, según reporte de la ONU, continúan siendo asesinados e incluso encarcelados en algunas partes del mundo donde la guerra no para y los conflictos siguen abiertos. Estos ataques se vienen presentando desde hace varias décadas, pero este año en particular las amenazas y violaciones subieron en un 73% en el caso de las mujeres, según un artículo de la organización Reporteros Sin Fronteras, que señala que, en lo corrido de 2024, alrededor de 73 mujeres periodistas resultaron tras las rejas y 50 hombres fueron atacados tan solo en Afganistán.
Existen algunas organizaciones encargadas de hacerle seguimiento a esta problemática alrededor del mundo, entre las que se destaca el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ), que está encargado de defender el derecho de los profesionales de los medios de comunicación al momento de realizar su labor sin miedo de represalias, que por medio de un monitoreo se encargan de evaluar los peligros a los que se exponen, de la que reciben apoyo donde se encuentren en riesgo o sufran de discriminación.
El Instituto Internacional de Prensa es una red de editores que se encarga de monitorear la labor de los periodistas, sobre todo en casos donde están expuestos en zonas rojas o de riesgo, donde registra semanalmente los casos de periodistas amenazados por su trabajo.
Red Rompe el Miedo, es una organización con una plataforma mediante la cual coordinan para que diferentes medios de comunicación y asociaciones informen SOBRE momentos de coyuntura, como la cobertura de jornadas electorales, publicación de documentales de alertas para los periodistas y materiales sobre la prevención de riesgo.
El Intercambio Internacional para la Libertad de Expresión (IFEX), es una red que cuenta con más de 100 países y organizaciones en el mundo, con el ánimo de promover el derecho a la libertad de expresión mediante su visibilización. Esta red hace su publicidad mediante campañas de alta difusión en la web.
Reporteros sin Fronteras (RFS) es una organización cuyo objetivo es promover y defender la libertad de expresión. Documenta y visibiliza los diferentes casos de violaciones mediante la publicación de informes y de manuales para fortalecer la capacidad de los periodistas teniendo como apoyo diferentes medios.
En esta región del mundo está la sociedad interamericana de prensa (SIP) organización que defiende la libertad de prensa. Su origen se remonta a Washington en los Estados Unidos durante el Primer Congreso de Periodistas en 1926. Del mismo modo también está la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC), que se encarga de promover el desarrollo y la defensa de las radios comunitarias como herramientas para la libertad de expresión y la participación ciudadana.
La efectividad de estas entidades varía según el país o región, y en la mayoría de los casos pueden enfrentar casos de ataques o intimidaciones. La libertad de prensa es un problema de seguridad en el mundo, en razón a que los periodistas han visto en riesgo su carrera y su vida según sus entornos. La mayoría de los casos en los que se amenaza, se agrede o se asesina a un periodista es porque ha desafiado a poderes legales o ilegales, por descubrir casos de corrupción o narcotráfico, violación de derechos humanos, delitos de guerra y escándalos públicos.
En los últimos dos años los casos de abuso hacia la libertad de prensa han ido en aumento, una preocupación global. Además, el mundo está ante guerras y genocidios, donde los derechos humanos desaparecen, y es allí cuando emerge el valor de la prensa con la misión de visibilizar estas situaciones, razón por la que la vida de los reporteros corre un riesgo inminente.
Entre 2023 y 2024, Palestina se convirtió en el país más violento para el periodismo por cuenta del genocidio que tiene lugar en su territorio, pues alrededor de 20 periodistas han sido asesinados en zonas de conflicto. En otras partes del mundo como África o América Latina, las agresiones en contra de periodistas han sido por el cubrimiento del crimen organizado y de la corrupción.
En América Latina, respecto de 2022, en 2023 disminuyó la tasa de asesinatos a periodistas, pues, de 26 muertes registradas en ese año, pasaron a 6 en 2023. México es el país con mejor registro, donde en 2022 se presentaron 11 periodistas asesinados y en 2023 la cifra bajó a 4, que fuera denominado como el país más peligroso para la prensa, lugar que ahora tiene Palestina.
En 2023 la responsabilidad del secuestro de la mitad de los periodistas en el mundo, se le atribuyó al Estado Islámico. La cifra total ascendió a 54 secuestros a reporteros y colaboradores periodísticos. Una gran parte de dichos secuestros perpetuados en contra de periodistas. Los países que representan mayor peligro para la prensa son aquellos ubicados en Oriente Medio, especialmente en los países donde hay un peso más fuerte del Corán, el libro sagrado del islam que representa la palabra de Dios.
En lo corrido de 2024, Eritrea, en África Occidental, se ha convertido en el país donde menos libertad de prensa hay, debido a que, la represión que existe en contra de periodistas es demasiado preocupante. Seguido está Siria, que lleva más de una década en guerra civil, donde el derecho a la información ha desaparecido y con ello, los periodistas, ya que, muchos han sido vetados y los medios de comunicación solo son utilizados para difundir la ideología del régimen.
El tercer país en esta desastrosa lista es Afganistán, donde la llegada de los talibanes al poder en 2021 significó la muerte de la libertad de prensa. Por otro lado, el Noreste Europeo se ha convertido en un lugar seguro para hacer periodismo, pues, un estudio reciente de Statista, portal de estadísticas alemán, confirmó que Suecia se convirtió en el país mas seguro para la prensa, seguido por Noruega y Dinamarca, países donde hay acceso a la información, y donde los periodistas pueden ejercer su profesión sin preocupaciones o agresiones en su contra.
La libertad de prensa es considerada muy grave en 36 países, difícil en 49, problemática en 50 y buena en 45, cifras evaluadas bajo dos conceptos, el primero es un recuento cualitativo de los ataques en contra de periodistas y de los medios de comunicación y el segundo, es un análisis cualitativo de la situación de cada país basada en información de expertos.
La libertad de prensa en cada país está definida por situaciones particulares, pues las cuestiones sociales, económicas, culturales y políticas son claves a la hora de defender los derechos de los periodistas. Esto lo confirma La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en un estudio de 2023, el cual revela que, en 180 países la situación de la libertad de prensa está estrechamente relacionada con la protección de los derechos humanos. Por ende, la necesidad de que en todos los países se pueda gozar de derechos civiles y políticos para garantizar condiciones dignas para la libertad de prensa.
Uno de los casos más reconocidos de esta problemática es el de Julian Assange, programador y activista de Internet, reconocido por ser el fundador de WikiLeaks, una organización mediática dedicada a la publicación de documentos confidenciales con el fin de sacar a la luz graves violaciones de derechos humanos e irregularidades de parte de varios gobiernos. El 28 de noviembre de 2010, este sitio web encabezado por Assange, filtró de manera masiva gran número de documentos del Departamento de Estado de los Estados Unidos sobre las actividades diplomáticas de este país, clasificadas como secretas.
Este hecho generó un impacto en el gobierno estadounidense que decidió contrarrestar acusando a Assange de conspiración para cometer intrusión informática y otros delitos. A partir de entonces, Assange ha sido perseguido y presionado en varias ocasiones, incluso por medio de retenciones en diferentes países, lo que significa para el mundo una vulneración del derecho de la información, a la libertad de prensa, al periodismo de investigación y a la protección de fuentes.
El caso de Assange es uno de tantos que siguen latentes alrededor del mundo, como el estricto control sobre los medios de comunicación y la libertad de expresión en China por medio de censura, vigilancia y represión. O el de México como uno de los países más peligrosos del mundo para ejercer el periodismo debido a las constantes amenazas, agresiones y asesinatos a quienes ejerzan el oficio en pro de investigar temas sensibles como corrupción, crimen organizado y derechos humanos.
Respetar el derecho a la verdad, a ser informados, a estar enterados de lo que pasa en las instituciones y organizaciones públicas, es interés de todos. Estos casos remarcan la necesidad de proteger y fortalecer el periodismo de investigación, apoyando a quienes se meten de lleno en esta tarea y los desafíos a los que se enfrentan por abordar temas sensibles, con el objetivo de garantizar la transparencia de la información.
