Como un sonajero, el género de acción atrae a un público masivo, donde la intensidad de las imágenes y el movimiento está garantizada a favor del entretenimiento, que, en muchas ocasiones es tan vacío como el argumento y sus personajes.
Sin duda el alto en el camino para el cine de occidente, al hablar de batallas épicas llenas de karate y de destrucción fue Bruce Lee, pero en las siguientes décadas ese género fue decayendo hasta convertirse en algo más, con ruptura de cristales en el The Nakatomi Plaza con Die hard (1988), que revitalizó el género sin salir de lugares comunes por mucho tiempo, como sí lo hizo The Bourne Identity (2002), hasta que llegó John Wick 1 (2014), un referente para ese tipo de cine en adelante.
Desde una construcción social polémica e influenciada profundamente por la religión como la que se encuentra en la India y con una fuerte influencia visual de Danny Boyle, un salvavidas del también director y productor norteamericano Jordan Peele llega a las salas de cine del mundo Monkey man, que estaba previsto llegara solo a plataformas.
Dirigida por el también actor y ahora director de cine Dev Patel, trae esta su ópera prima, recordado por películas como Slumdog Millionaire (2008), Chappie (2015), o la sorprendente The Green Knight (2021), entre otras. Esta propuesta que se podría definir rápidamente como el John Wick de la India, en el cine puede ser un buen referente cuando se pone al lado a una franquicia que cambia las formas de hacer las cosas, que, de ahí, es una referencia para muchas cosas en el género de acción, que también logró un estándar alto.
Monkey man hace mucho con poco, ya que su presupuesto fue de apenas 10 millones de dólares, realmente reducido para este tipo de películas, y sus alcances son notables en el momento de mirarla con atención porque lo merece.
La cinta logra contundentes escenas de acción donde la continuidad se mantiene gracias a una edición “sucia” y llena de sobresaltos bruscos que alimentan esa visión reconocible, pero no sencilla de hacer del cine john wick, donde cualquier elemento en el plano funciona para lastimar y lleva al espectador al límite de su atención, que apenas baja el ritmo con diferentes flashback, que contextualizan al espectador, que de igual forma le dan más cuerpo a la construcción del personaje de Kid.
La película trata sobre Kid, un delincuente que acaba de salir de prisión y que vive en la India, que intenta adaptarse a un mundo marcado por la avaricia y carente de valores espirituales. Allí luchará por buscar venganza por la muerte de su madre y defender a las clases más desfavorecidas.
Desde la idiosincrasia de la cultura de la India, Patel utiliza la historia para recrear una denuncia a la política y sus líderes espirituales, los cuales sugiere se aprovechan de las personas, camuflados de falsa divinidad y que se esconden en la violencia y la legalidad de las instituciones para cometer sus crímenes y quedarse en el poder. La historia se lo hace evidente al espectador y logra crear empatía con Kid.
Monkey man, más que una película de acción es un canal de difusión de ideas complejas que pretenden más que entretener, porque Patel se rompió un dedo, varias costillas y se infectó un ojo en el rodaje, y porque desarrolló una película con varias aristas que funcionan, con escenas intensamente entretenidas y bien dirigidas, que vale la pena ver en cine, donde toda la magia se ve mejor.
Una cinta que hace visible a un nuevo director que promete mucho en un futuro cercano, de cuyo trabajo hay que estar atento. Mientras tanto disfruten esta buena y entretenida película en cine y sin romperse un hueso.