El aspecto físico de Jesús ha sido uno de los temas de conversación de cristianos en el mundo, y en el último medio siglo se intensificó la discusión luego de que la ciencia forense hiciera reconstrucciones faciales para alcanzar una imagen de Cristo lo más cercana a la realidad posible.
La imagen del hijo de Dios de tez blanca, ojos claros (azules o verdes), cabello largo y barbado, responde a más de un milenio de eurocentrismo luego de que el arte y la religión fueran de la mano por mucho tiempo.
Con la aparición de la fotografía y más tarde la televisión, la imagen de un Jesús rubio se globalizó y series de televisión como Jesús de Nazareth (1977) y el protagónico del actor Robert Powell, inmortalizaron el estereotipo de un Jesús ario. De hecho muchas personas, sin saberlo, llevan el rostro de Powell marcado en su cuerpo bajo la confianza de que es el rostro del salvador.
Tras las pistas del Jesús de carne
Pero es muy probable que el hijo de Dios haya tenido una apariencia física bastante distinta a la del actor británico, a lo mejor algo trigueño, algo bajo y con barba y cabello cortado, como lo indicaba uno de los 613 mandamientos judíos. Lo del cabello y barba corta, entre otras cosas, por las plagas de piojos.
No hay manera de saber cómo era el más popular de los nazarenos porque en el nuevo testamento no existe detalle alguno sobre su apariencia física, lo único que se sugiere es una edad aproximada de 30 años en el fragor de su vida pública, y algunos estudiosos, generalmente, concuerdan en que fue crucificado entre 30-36 d.c., como se deduce de los retazos de textos históricos escritos por Tácito.
En diálogo con BBC, el historiador André Leonardo Chevitarese, profesor del Instituto de Historia de la Universidad Federal de Río de Janeiro y autor del libro ‘Jesús Histórico. Una brevísima introducción’, asegura que “esta ausencia de datos es muy significativa porque todo parece indicar que los primeros seguidores de Jesús no se preocupaban por tal información, para ellos era más importante registrar las ideas que decir cómo era físicamente”.
Pero el experto británico en reconstrucciones faciales, Richard Neave, utilizó sus conocimientos científicos para alcanzar una imagen cercana a la realidad. Tomó tres cráneos de habitantes del siglo I que vivieron en la misma región donde Jesús habría vivido, y recreó un rostro en 3D que pudo haber sido el de Jesús.
Su conclusión fue la siguiente: “Los esqueletos de judíos de esa época muestran que la altura media de los hombres era de 1,60 m y la gran mayoría de hombres pesaba poco más de 50 kilos”.
¿Por qué no hay representaciones de Jesús del tiempo en el que vivió?
En la Biblia, salvo en las narraciones de algunas apariciones místicas como la del pasaje de la transfiguración cuando Pedro, Santiago y Juan ven a Jesús hablando don Moisés y Elías, no hay referencia sobre la apariencia física de él como hombre y persona.
Según algunos historiadores, el cristianismo de los siglos I y II no produjo representaciones gráficas de Jesús por la clandestinidad en que vivían los cristianos por causa de la persecución de algunos romanos, como cuando Nerón culpó a los seguidores de Jesús por el monumental incendio de Roma que duró 5 días.
También se presume que el poco interés de dibujar o pintar a Cristo se debió a los preceptos judíos en contra de la idolatría de imágenes. En el libro de Éxodo queda claro el mandamiento que indica que «no harás imagen de ti, ni de lo que está arriba en el cielo, ni en la tierra, ni en las aguas que hay debajo de la tierra».
Los cristianos primitivos, al ser una vertiente del judaísmo, no pintaron a Jesús porque constituía un pecado. De hecho, mucho antes de pintarlo, usaron la palabra griega ΙΧΘΥΣ (pez), como acrónimo de “Jesucristo, Hijo de Dios y Salvador”, o lo representaban como un pez.
Las seis imágenes más antiguas de Jesús
El Santo Sudario de Turín es uno de los objetos más venerados por los creyentes católicos porque la manta habría sido el elemento envoltorio del cuerpo sin vida de Jesús. El elemento lleva la imagen detallada del frente y la espalda de un hombre que fue crucificado de la misma manera que el nazareno.
A finales del siglo XIX se conoció por primera vez la imagen en negativo en el reverso de una placa fotográfica y desde entonces el manto es considerado la muestra más exacta del rostro de Jesús. La Iglesia Católica no lo ve como una pieza genuina, y la ciencia ha intentado corroborar su autenticidad.
Un estudio forense publicado en 2018 encontró que las manchas de sangre en la pieza de tela fueron hechas de manera intencional por una persona que estaba de pie. Los investigadores utilizaron una técnica forense llamada Análisis del Patrón de Manchas de Sangre (BPA, por sus siglas en inglés), que consiste en analizar el tamaño, la forma y la distribución de las gotas de sangre para revelar cómo se produjeron las heridas.
La investigación se valió de un voluntario y un muñeco maniquí, y sobre ellos recrearon las heridas que habría recibido Jesucristo en la cruz. Después observaron las imágenes en alta resolución del sudario, y se dieron cuenta que la forma en que corrió la sangre no coincidía con los patrones que de la santa tela.
“Nuestro estudio se suma a la evidencia de que el sudario es un artefacto medieval y no una reliquia sagrada”, le dijo a BBC Mundo Matteo Borrini, científico forense autor del estudio.
Aquí están las imágenes recopiladas por el portal católico Pop Church.
1. Grafito de Alexámenos (Siglos I al III)
La imagen más antigua de Jesús bien podría ser la de una blasfemia. El ‘Grafito de Alexámenos’ fue dibujado en el muro de una escuela romana entre el siglo I y III.
La imagen representa a un hombre frente a una persona con la cabeza de un burro que está siendo crucificado, con la inscripción en griego: “Alexámenos adorando a su Dios”. ¿Por qué está escrito en griego si el dibujo es de origen romano? Porque el griego era la lengua preferida para la educación de la gente culta. Se cree que con este grafito se burlaron de la fe de un cristiano llamado Alexámenos.
Aunque la mayoría de las personas concuerdan en que el grafito es una burla, otros sugieren que el podría ser una metáfora de transformación, como la del animal sagrado en los cultos de la diosa egipcia Isis.
Es imagen es considerada como la primera representación pictórica conocida de la crucifixión de Jesús y se conserva actualmente en el Museo Antiquarium Palatino de Roma.
2. El buen pastor (Siglo III)
La pintura de ‘El Buen Pastor’ está en las catacumbas de San Calixto en Roma y se cree que fue pintada alrededor del siglo III.
3. La adoración de los Magos (Siglo III)
La pieza data del siglo III y fue encontrada en un sarcófago que hoy está en los museos del Vaticano. Se aprecia la escena en la que los reyes magos adoran al niño Jesús.
4. La curación del paralítico (Siglo III)
Esta imagen representa el pasaje de la curación del paralítico que se narra en el capítulo 2 del Evangelio según San Marcos, y data de mediados del siglo III. Esta pintura está en la pared de una capilla antigua de Siria.
5. Cristo entre Pedro y Pablo (Siglo IV)
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Data del siglo IV y está en el cementerio de una ciudad que perteneció al emperador Constantino.
6. Pantokrator (Siglo VI)
Un pantocrator es una representación de “Dios Todopoderoso” típica del arte bizantino y románico. Durante un tiempo fueron mandadas hacer para ayudar a la difusión del mensaje cristiano. Algunos emperadores bizantinos mandaron a ser destruías bajo el argumento de idolatría, pero esta que vemos fue una de los pocos que sobrevivió, se encuentra en el Monasterio de Santa Catalina en el Monte Sinaí.